En un discurso público fuera de lo habitual, el jefe del espionaje interno en Gran Bretaña describió el jueves el ataque en París como “un terrible recordatorio” de que algunos “pretenden causarnos daño” y afirmó que la evolución de la amenaza terrorista se ha vuelto más compleja ante los acontecimientos en Siria.
Andrew Parker, director general del Servicio de Seguridad conocido como MI5, dijo desde la sede del organismo en la rivera del Támesis que el número de británicos que ha viajado a Siria para sumarse a los combatientes islámicos va en aumento, debido a lo cual esas personas supondrán a su regreso una amenaza interna.
Afirmó que a la fecha unos 600 británicos islámicos han viajado a Siria y que una “proporción importante” de ellos se ha integrado en el grupo extremista Estado Islámico.
Parker, en apenas su segundo discurso público, se abstuvo de señalar por su nombre al Estado Islámico, pero señaló que el grupo supone una amenaza en tres formas para la Gran Bretaña: asesinando a británicos en Siria, utilizando a Siria como base para regresar a miembros a Gran Bretaña o enviarlos a otras latitudes a fin de que perpetren atentados y exhortando en su propaganda a los británicos musulmanes dentro del Reino Unido a que efectúen ataques violentos.
La habilidad del grupo extremista para utilizar las plataformas sociales de internet significa que ha hecho llegar su mensaje prácticamente a cada hogar islámico en Gran Bretaña, lo que ha propiciado un número de ataques, incluidos muchos que fueron frustrados por las fuerzas de seguridad, dijo el funcionario.
Ante la amenaza que representa Siria, Gran Bretaña elevó a “severa” el nivel de su alerta durante el verano debido a la conclusión “basada en pruebas” de que era muy alta la probabilidad de que ocurriera un ataque en el país, agregó.
“Aparte de las amenazas procedentes de Irak y Siria, creemos que desde octubre de 2013 han habido más de 20 conjuras terroristas dirigidas o provocadas por grupos extremistas en Siria”, afirmó, y mencionó los atentados que han dejado una estela de muerte en Canadá, Australia, Bélgica y otros países.
Advirtió que los miembros de al-Qaida persisten en su intento de perpetrar ataques de gran escala a los que hay que vigilar y frustrar en momentos en que el MI5 intenta hacer frente a los atentados de menor escala y del tipo “lobo solitario” que han sido la tendencia reciente.