De acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) la Gran Barrera de Coral enfrenta grandes peligros y amenazas por el crecimiento de actividades carboníferas en las costas de Australia.
La amenazas contra este ecosistema datan de unas tres décadas atrás, pero ahora corren más riesgo gracias a la expansión de puertos marinos para el comercio de carbón y gas licuado.
La WWF advirtió que la expansión de este tipo de puertos podría acarrear el dragado de 51 millones de metros cúbicos de arena del fondo marino, el equivalente a 49 veces el volumen del Empire State Building en Nueva York y que serían tiradas en el área que ocupa la Gran Barrera.
Este material se sumaría a los 28 millones de metros cúbicos extraídos entre 2001 y 2013, que han contribuido a la destrucción del dicho ecosistema marino.
La Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife coralino del mundo con dos mil 600 kilómetros de extensión, se ubica frente a las costas del nororiental estado australiano de Queensland.
Los activistas de dicha organización también indican que es innecesaria la construcción de más puertos de gas, puesto que el precio de esta materia ha caído desde el 2011 y seguirá cayendo hasta el 2019.
Esto en contraste de los beneficios por más de cinco mil 800 millones de dólares al año que deja la Gran Barrera de Coral, además de las 69 mil plazas de trabajo y los millones que representan los ingresos por investigación científica.
La insistencia del WWF por la protección de la Gran Barrera de Coral, que la UNESCO analiza agregar a su lista de sitios en riesgo, se da mientras sigue el proceso para determinar al nuevo gobierno de Queensland.
En los comicios del pasado 31 de enero el gobernante Partido Liberal fue derrotado por los laboristas, quienes se encuentran en el proceso de formación del nuevo gabinete y durante la campaña electoral se mostraron opuestos a la expansión de los puertos.