México, 1 Nov (Notimex).- La afición fue el Gran Premio de los pilotos, debido a la locura que se desató apenas el alemán Nico Rosberg cruzó la meta en el primer sitio y detonó la fiesta Racing en el Autódromo Hermanos Rodríguez, que lo recibieron en el podio entre porras y rancheras.
Al piloto alemán de Mercedes el cantaron el Cielito lindo y ovacionaron su nombre varias veces una vez, tras bajarse de su flecha plateada, ademád de la ola en la tribuna del Foro Sol demostró las ansias de Fórmula 1 que había en el país, después de 23 de ausencia de la máxima categoría.
El largo ayuno del Gran Circo terminó con el recibimiento más cálido, en el paddock, ya se habla de que fue el más colorido, los equipos están satisfechos con la organización el trato y la respuesta de los aficionados.
No hay uno que no se sorprenda con lo que llega a ver en la tribuna, desde personas con máscaras de luchadores hasta trajes típicos.
El equipo de Force India no daba crédito de la afición que tiene en México, incluso algunos del staff pedían fotos a los espectadores que veían portando mercancía oficial del equipo del hundí Vijay Mallya.
Desde el viernes con las tribunas llenas a un 70 por ciento, los pilotos destacaron el calor de la gente que se sentía en cada vuelta, una satisfacción que los motivaba pese a las difíciles condiciones que se encontraron en cada sesión que tuvieron, desde pista mojada, amenaza de lluvia y un pavimento muy resbaloso y con poco agarre, además de problemas de frenos y temperatura del motor.
El equipo Ferrari, que no tuvo un buen premio pues desde Australia 2006 no abandonaban sus dos coches, fue el más cercano a las personas que tenían la posibilidad de acceder al paddock, ofreciendo su buffet para quien quisiera acercarse a la hora de la comida y compartir la mesa con el resto del equipo.
La magia de la Fórmula 1 además no solo se llenó de glamour con personalidades del ámbito político, empresarial, de espectáculos y deportivo, pues también dio un espacio para reconocer la riqueza de la cultura mexicana al permitir ser entonado el Himno Nacional por un coro de niños mixes.
Situación que conmovió a la parrilla, el himno llamó la atención del personal de las escuderías, que atentamente no perdieron detalle de la transmisión de ver el original suceso durante la ceremonia de protocolo, previo a la largada de la décimo séptima fecha de la temporada.
El momento de la premiación fue el pináculo de toda la pasión que se vivió en el trazado de la Magdalena Mixhuca estos tres días en que los bólidos del Gran Circo recorrieron la pista, Rosberg con sombrero de charro saludó en español y la ovación fue absoluta.
Tras la entrega de trofeos vino la celebración con champagne y la ola se hizo presente en las tribuna, que además despidió a los tres ganadores Rosberg, Lewis Hamilton, y Valtteri Bottas entonando el Cielito lindo, en un premio que quedará para la historia y con una resaca automovilística que durará hasta el próximo año.