Gobierno de México presenta licitaciones para nuevo aeropuerto

El gobierno de México presentó el miércoles el esquema de licitaciones y obras que comenzará en septiembre de este año y se prolongará hasta 2017 para la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la capital.

El secretario de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza, dijo durante una rueda de prensa que el nuevo aeropuerto “será la obra de infraestructura más relevante de las últimas décadas en el país y uno de los mayores proyectos de su tipo en el mundo”

Las primeras licitaciones, cuyas condiciones se harán públicas en septiembre, serán las de construcción de la nivelación, drenaje, cimentación, construcción de pistas y torre de control. La segunda etapa será la relacionada con la terminal de pasajeros, bajo responsabilidad del arquitecto británico Norman Foster, la procura de combustibles y sistemas de navegación, cuyos pliegos de licitación se darán a conocer en el primer semestre de 2016.

Y la tercera etapa, a finales de 2016 y 2017 será la que ponga en operación las instalaciones y está relacionada con los accesos viales, aparcamientos y los centros multimodales de transporte que lo unan con la ciudad.

En enero, un consorcio liderado por una corporación holandesa Netherlands Airport Consultans ganó junto a las mexicanas Sacmag y Tadco Constructora la adjudicación del proyecto de construcción de las pistas, las plataformas y ayudas a la navegación de las futuras instalaciones aeroportuarias.

El equipo que está coordinando el proceso que culminará en la serie de licitaciones está coordinador por Parsons Corporation, una empresa de ingeniería, construcción y gestión con sede en Pasadena, California, asociada tanto con dos compañías locales de consultoría, FOA Consultores y con CH2M HILL. El contrato con Parsons tiene una duración de seis años, hasta 2011.

Cuando culminen las obras, el aeropuerto contará con seis pistas nuevas y una gran terminal. El aeropuerto ocupará una superficie de 4.430 hectáreas, y sólo las tres primeras pistas proyectadas ocuparán un millón de metros cuadrados, lo que equivale a tres veces la superficie de las pistas del aeropuerto actual. La construcción se ubicará dentro de un polígono de más de 12.500 hectáreas de terrenos federales asentados al oriente de la capital. El gobierno ha calculado que sus obras costarán hasta 9.000 millones de dólares.

México ha tenido problemas en el pasado en cuanto a la transparencia de las licitaciones de obras públicas. En noviembre de 2014, la Secretaría de Comunicaciones tuvo que cancelar la concesión del que será el primer tren de alta velocidad del continente, que unirá las ciudades de México y Querétaro.

Tras otorgar la concesión a un consorcio liderado por una empresa china en la que participaban varias socias mexicanas, el gobierno canceló por sorpresa la adjudicación en medio de acusaciones de corrupción. Sólo se había recibido una oferta y una de las empresas mexicanas, se supo después, había tenido una relación confusa con la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, a quien vendió una casa en un proceso que desató especulaciones de tratos de favor.

 

 

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