El cierre de gobierno, el primero desde el invierno de 1995-96, cerró parques nacionales y museos a lo largo del Mall de Washington, así como el centro de visitantes del Capitolio. Oficinas como la NASA y la Agencia de Protección del Medio Ambiente quedarán prácticamente cerradas. Lo empleados de áreas esenciales, como controladores de tráfico aéreo, agentes de la Patrulla Fronteriza y la mayoría de los inspectores de alimentos, seguirán trabajando.
En sí, la ley de salud no se vio afectada porque desde el martes millones de personas podrán comprar un seguro médico. Los militares recibirán su sueldo a tiempo gracias a una medida recién firmada por Barack Obama, pero los cheques de los demás trabajadores federales será retenido hasta que acabe la parálisis. Los burócratas tendrán que reportarse medio día al trabajo, pero sólo para realizar tareas propias de la cierre de servicios, como apagar los sitios de Internet de las agencias.
El Servicio Postal, que se financia a sí mismo, continuará operando y el gobierno seguirá pagando las prestaciones del Seguro Social y los sueldos de los médicos de los programas de salud Medicare y Medicaid.
El Senado rechazó dos veces el lunes iniciativas aprobadas por la Cámara de Representantes que primero condicionaban mantener el gobierno funcionando a retrasar partes clave de la ley de salud de Obama, conocida como Obamacare y que entró en vigor el martes. Luego, los republicanos en la cámara baja querían retrasar un año el requisito de ley para que millones de personas compraran seguros médicos. La Cámara de Representantes aprobó la última versión la madrugada del martes; el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid, dijo que el mismo destino le espera cuando la Cámara Alta vuelva a reunirse la mañana del martes.
En el primer minuto del 1 de octubre, la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca notificó a las agencias federales que el gobierno iba a cerrar después de que el Congreso perdiera el plazo que tenía hasta la medianoche para evitar una parálisis parcial de la administración, la primera vez en 17 años.
Sylvia Mathews Burwell, directora de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, dijo el lunes por la noche en una nota a los jefes de agencias que no había ninguna indicación de que el Congreso aprobaría una medida de financiamiento a corto plazo antes de la medianoche. Agregó que las agencias federales deben ejecutar sus planes en caso de cierres obligados.
Burwell dijo que la administración Barack Obama instó al Congreso a actuar con rapidez para que los servicios públicos esenciales pudieran ser restaurados. Agregó que el cierre afectará a cientos de miles de trabajadores que serán enviados a casa y molestias a millones de personas que dependen de los servicios federales.