El Penal de Acapulco ha vivido durantes los últimos años un periodo de inestabilidad y desorden dentro del mismo, gracias a los constantes cambios que ha sufrido su administración.
Esa cárcel ha vivido de todo: muertes, fugas, riñas, motines y en la realización de diversos cateos han podido encontrar sexoservidoras, costales de droga, televisores, pantallas, videojuegos, refrigeradores, armas de fuego y blancas, así como gallos de pelea y hasta dos pavorreales.
También se han realizado fiestas de bautizo y corridas de toros. El último episodio registrado fue el pasado jueves con una masacre.
Todo parecería indicar que nada detiene la descomposición dentro del Centro de Readaptación Social, solo en seis años, han pasado por lo menos 13 directores por el mismo, siendo la mayoría destituidos por corrupción.
De los 13 antes mencionados, uno fue asesinado, otro más se encuentra prófugo y muchos más se encuentran bajo investigación, sin embargo, ninguno ha pisado la cárcel hasta el momento.
El 30 de noviembre del 2002 vivió uno de sus peores episodios con la fuga de 14 reos, gracias a un túnel que los mismos habían cavado; ocho de los reclusos se encontraban acusados por narcotráfico, tres de ellos siendo colombianos y dentro de este grupo se encontraba Omar Guerrero Solís, a quien se le conoció como el Comandante Ramiro, del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).
Solo este ha sido un ejemplo de que ha sucedido en el Penal de Acapulco a lo largo de estos años, en donde los cateos, más que mostrar habilidad por parte de los criminales, ha mostrado la ineficacia por parte de las autoridades para tener control con la seguridad que labora dentro del mismo.
Este penal se encuentra ubicado en la colonia Las Cruces, en la zona suburbana del puerto. Esta es la cárcel más grande en el estado de Guerrero.