“Argentina no es productora de drogas, la posición oficial del gobierno es muy clara y contundente”, afirmó este martes el jefe de gabinete, Jorge Capitanich.
El problema es que, con sus declaraciones, el funcionario desmintió al propio ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien el viernes reconoció que Argentina ya es un país productor de estupefacientes. Argentina era un país de tránsito, y ahora es un país de consumo, y lo más grave que también es de elaboración, dijo Rossi, y se convirtió en el primer funcionario en reconocer este peligroso cambio de categoría.
Oficialmente, los organismos internacionales y los informes internos siguen considerando a Argentina como país de tránsito para el narcotráfico, es decir, que las bandas sólo pasan con sus cargamentos por el territorio hasta llegar a puertos y aeropuertos.
Sin embargo, desde hace años es evidente el auge del consumo y del hallazgo de laboratorios precarios e ilegales en donde se procesa coca o se elaboran drogas de diseño como las metanfetaminas. La víspera, el primero que desmintió al ministro de Defensa fue el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien advirtió que objetivamente, en Argentina no se produce droga.
El funcionario aseguró que más allá de aquellas plantas de mariguana que algunos consumidores pueden tener en su casa, tampoco hay una producción a gran escala, por lo menos hasta ahora detectable en el país, algo que sí sucede en Paraguay”. Agregó: “los que trabajamos todos los días en la lucha contra el narcotráfico sabemos que en Argentina no se produce cocaína”, ya que los países productores siguen siendo Bolivia, Colombia, Paraguay y Perú.