BUENOS AIRES (AP) — El designado ministro de Trabajo de Argentina pidió el lunes a los sindicatos y empresarios que den signos de “madurez” en las negociaciones de 2016 para actualizar los salarios, las cuales se prevén complejas debido al incremento de los precios que ha comenzado a detectarse.
Jorge Triaca, nombrado titular de la cartera de Trabajo y Seguridad Social por el presidente electo Mauricio Macri, dijo a Radio Continental que como árbitro permitirá que las partes lleguen libremente a un acuerdo, aunque destacó que “es muy importante” cuidar el desarrollo de la economía.
“Tenemos que sacar adelante el país y poner la economía en funcionamiento. Por eso tiene que primar una madurez de tanto los dirigentes sindicales como empresariales para entender cuál es el objetivo común”, afirmó Triaca, quien asumirá el cargo junto al resto del gabinete el 10 de diciembre.
El conservador Macri tiene ante sí varios retos cuando asuma como sucesor de Cristina Fernández, entre ellos disminuir la inflación de al menos 27% anual que calculan los economistas privados. El aumento del costo de vida en los últimos años ha obligado a la celebración de negociaciones entre los gremios y las cámaras empresarias a partir de cada mes de marzo para fijar los aumentos de los sueldos en las actividades pública y privada.
Triaca también dijo que el gobierno de Macri, elegido presidente en la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre, buscará sellar un “pacto social” entre los distintos sectores y que para ello apostará al “diálogo”.
Fernando Blanco Muiño, titular de la Unión de Consumidores de Argentina, afirmó a radio La Red que en los últimos 45 días la canasta básica de alimentos registró un aumento promedio de 25% en los supermercados.
“Tenemos para 60 días de inestabilidad, al menos hasta fin de enero. Hasta que no asuma el nuevo gobierno, defina algunas políticas y las implemente. Por eso proponemos hacer sólo las compras necesarias y no avalar los aumentos”, dijo Blanco Muiño.
El titular de la asociación de consumidores señaló que los aumentos se deben a que “la secretaría de comercio visualizó después de la primera vuelta electoral (del 25 de octubre) que iba a haber un cambio de gobierno, y aflojó muchísimo en los controles”.
Ante la necesidad de frenar la inflación, Fernández fijó controles a los precios que se han renovado periódicamente.
En el marco de un paquete de medidas correctivas, el próximo presidente tiene previsto revertir el retraso cambiario y levantar las restricciones a la compra de dólares vigentes desde 2011, lo que se espera que produzca una devaluación del peso y el consiguiente incremento del costo de vida.
El economista Jorge Todesca indicó que se espera “una posible devaluación y eso siempre empuja los precios para arriba no siempre de modo justificado…hasta que no se despeje a incertidumbre del cepo (restricciones a la compra de divisas) estaremos en esta situación”.
“Se va a requerir una corrección cambiaria porque los costos argentinos están muy altos en dólares; con un tipo de cambio atrasado, muchos de los productores no tiene rentabilidad como para vender”, agregó.
El secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Omar Viviani, afirmó sobre las negociaciones salariales previstas que “la dirigencia sindical tiene que tener criterio y tranquilidad. Después, si se agreden los intereses de los trabajadores el movimiento obrero levantará la voz”.
Macri también se enfrentará a un estancamiento del crecimiento, al déficit fiscal, la caída de las exportaciones y el litigio en Nueva York con los llamados “fondos buitres”, los bonistas que han demandado al país en Estados Unidos por títulos impagos de su deuda.
El próximo mandatario deberá evitar que las correcciones de los desequilibrios económicos generen un ajuste que altere los progresos en el ámbito social logrados por Fernández (2007-2015) y dispare las protestas sociales.