PARIS (AP) Familias dolientes son las protagonistas de una nueva campaña publicitaria con la que el gobierno de Francia espera que los jóvenes se piensen dos veces dejar el país para unirse a la lucha de grupos extremistas en Siria.
Más de 500 personas abandonaron Francia para unirse a las filas de la milicia radical Estado Islámico y otros grupos yihadís en zonas de guerra en Siria e Irak más que desde cualquier otro país de Europa occidental. París ha impuesto algunas medidas restrictivas como permitir a las familias que alerten de sus hijos a las autoridades y suspender sus documentos de viaje, o el establecimiento de una línea telefónica para progenitores preocupados por sus hijos.
“No somos los padres de una terrorista. Somos víctimas”, dice en un anuncio Baptiste, padre de una joven de 17 años que se marchó a Siria. Habla directamente a la cámara, como lo hacen las otras cuatro personas que participan en el comercial.