Michel Temer se ha convertido en el primer presidente en la historia de Brasil en ser denunciado formalmente por haber cometido crímenes de corrupción.
Ni siquiera los últimos dos mandatarios de Brasil que en los últimos 25 años sufrieron procesos de destitución, Fernando Collor de Melo en 1991 y Dilma Rousseff en 2016, habían pasado una situación igual.
El fiscal general de la República, Rodrigo Janot, ha presentado este lunes formalmente la denuncia en contra del presidente, lo que obligará al Congreso de la nación a realizar una votación para determinar si apartaran a Temer de su posición en un lapso de seis meses.
El proceso que ha sido abierto por parte del fiscal Janot no equivale exactamente al conocido como impeachment, pero el la práctica coloca a Temer en una situación similar.
La denuncia tiene que ser avalada por lo menos por dos tercios del Congreso y su aceptación dejaría al país sin presidente de forma temporal.
Temer se encuentra en una circunstancia similar a la de Rousseff, de la cual fue vicepresidente y contra la que maniobró el pasado año para derribarla.
Aunque en este caso, a diferencia del caso de su antecesora, Temer tiene mayores posibilidades de salir airoso de su encuentro con el Congreso, en donde un parte importante de los parlamentarios, y la inmensa mayoría de los partidos, se encuentra involucrado en casos similares que los vinculan a la creciente corrupción en los altos mandos de Brasil.
Collor de Mello y Rousseff acabaron destituidos pero en su caso se trató de procedimientos políticos, no de una actuación de la justicia con una denuncia formal que imputa al presidente un delito común, el cobro de sobornos.
Los antecesores de Temer en casos vinculados a ser investigados por parte de las autoridades habían llegado a cosechar un índice de popularidad tan bajo como el del actual presidente, el cual cuenta apenas con un 7% del afecto de la población brasileña, según una encuesta realizada por la mayor empresa de sondeos del país.
La denuncia en contra del presidente ha venido acompañada de demoledores informes del propio fiscal y de la policía federal.