ZURICH (AP) La FIFA puso en marcha el jueves un programa de abarcadoras reformas para combatir la corrupción en el organismo, el mismo día que dos de sus vicepresidentes fueron arrestados por sospechas de que aceptaron millones de dólares en sobornos.
El paraguayo Juan Angel Napout, líder de la Conmebol, y el hondureño Alfredo Hawit, presidente de la CONCACAF, fueron detenidos en una redada en Zurich a solicitud del Departamento de Justicia estadounidense. Tres horas después iban a participar en la reunión del comité ejecutivo de la FIFA.
El tema principal de la reunión era aprobar las reformas para salvaguardar al organismo de funcionarios corruptos, con propuestas que tienen la intención de demostrar a las autoridades estadounidenses, y al mundo en general, que la FIFA se toma en serio la tarea de cambiar su cultura de corrupción.
El comité ejecutivo aprobó varias propuestas que fueron presentadas por una comisión especial encabezada por el dirigente del COI Francois Carrand, quien trabajó con un documento redactado por el jefe de la comisión de auditoría de la FIFA Domenico Scala.
Las 209 federaciones que integran la FIFA tendrán la última palabra para aprobar las reformas el 26 de febrero en el congreso en Zurich, en el que también se elegirá al sucesor del presidente del organismo Joseph Blatter.
Los principales puntos de la propuesta:
Reorganizar el comité ejecutivo, que ahora se llamaría Consejo de la FIFA. El nuevo organismo tomaría decisiones estratégicas, pero el poder de las decisiones diarias pasaría a una administración dirigida por el secretario general, con funciones parecidas a las de un director general. Las decisiones financieras y comerciales, incluyendo la asignación de fondos para proyectos en las federaciones nacionales, pasará a manos de comités con más miembros independientes seleccionados de afuera de “la familia del fútbol”.
La presidencia de la FIFA se convertiría en un puesto más de figura insigne, y no un cargo ejecutivo como el que forjó Blatter.
Límites de 12 años, en tres períodos de cuatro años, para el presidente, los miembros del consejo y los jefes de los organismos judiciales de la FIFA.
De todas formas, el comité ejecutivo de 27 miembros se convertirá en un Consejo encabezado por el presidente con 36 miembros, todos elegidos por las seis confederaciones continentales. No se otorgarán puestos automáticos a miembros independientes o partes interesadas como clubes, ligas, jugadores y fanáticos.
Más participación de mujeres en el fútbol, con una cuota garantizada de seis puestos en el Consejo, uno de cada confederación.
Evaluaciones de integridad más estrictas para todos los candidatos en elecciones y los miembros de los comités, realizadas por un comité independiente nombrado por la FIFA.
Divulgación de las compensaciones completas del presidente, los miembros del Consejo y el secretario general, los jefes de los comités independientes y de los organismos judiciales.
Estructura de comités más eficiente y menos cara. Sólo nueve comités en vez de los 26 actuales, que otorgan al menos un puesto a cada una de las 209 asociaciones.
Un compromiso con el respeto a los derechos humanos escrito en el reglamento de la FIFA, con el requisito de que las asociaciones y confederaciones lo cumplan.