Mérida, 22 Sep (Notimex).- El festival anual de las artes 2015 permitió que las alas de la dramaturgia, la música, la danza y las artes visuales llenaran con sus diversas expresiones los principales recintos culturales de la capital yucateca.
El Otoño Cultural, festival de festivales en Yucatán envió transmitió el mensaje del emblemático pájaro Toh que vuela sobre los montes y selvas del estado, “sobre la hacienda de Canek de Ermilo Abreu Gómez, donde habita el faisán y el venado de Antonio Mediz Bolio.
Al respecto, el secretario de la Cultura y las Artes, Roger Metri Duarte enfatizó que este mensaje es “con el fin que sepan los pueblos de México y el mundo que hay un lugar, un sitio privilegiado y bendecido por los dioses, el Mayab, que los espera en la continuidad de las estaciones, para ofrecerles lo mejor de su cultura y sus tradiciones”.
Y es que este festival ofreció el espectáculo multidisciplinario “Tho el mensajero” bajo la idea y puesta en escena de Nelson Cepeda Borda, obra que simboliza “toda la cultura yucateca, desde su origen misterioso en medio de la selva virgen, hasta su apertura hacia una nueva era.
Todo, es a través de un símbolo de Yucatán, un ave originaria y creadora, anterior a la existencia misma de esta tierra del Mayab: el pájaro Toh.
La idea creativa se desarrolla en torno a Tho, símbolo del vuelo libre, que se transforma en viajero de los tiempos y mensajero de toda la cultura yucateca. Toh, pájaro diamante, de colores fascinantes y originantes del universo yucateco, el pájaro de reloj, marcador de nuestro tiempo, pájaro eterno.
Con el uso de proyecciones multimedia, la voz creadora de Toh llevó al público, en un primer acto por los amaneceres de la selva; la danza de los pájaros Toh en el que danzantes acróbatas asumieron el espíritu de estas aves; así como el andar de los jaguares, hasta concluir con el canto de pajaro Toh, en voz de Priscila Urroz.
En el segundo, acto, el del siglo XIX yucateco, hicieron actos de presencia de los danzantes del Yucatán parisino, del porfiriato yucateco, con imágenes cambiantes de la arquitectura propia de la época.
El tercer acto fue el de la festividad, el de la boda mestiza llena de jaranas en compases diferentes, el espacio utilizado por los consagrados de la dramaturgia para evocar la vivencia de esta fiesta en las comunidades rurales, donde el emparentarse es una eterna lucha de los esposos por impedir la presencia de la madre o la suegra.
El Yucatán de los años 50, de los intelectuales, de los poetas y los músicos que dieron forma a la música yucateca, hicieron acto de presencia a través de sus imágenes digitalizadas, capaces de iluminar por sí mismas la obscuridad intencionada del teatro José Peón Contreras.
La luna de octubre brilló con intensidad en septiembre, donde a orillas del mar el pájaro Toh inspiró a los pescadores del Coro de Cámara del gobierno estatal, para que la inspiración de Pastor Cervera se combinara con una nueva danza aérea, ahora de estrellas cobijadas por la luna.
Por último, llegó el momento del sexto acto, el del “Quinto Sol. La Nueva Era”, donde Toh inspiró a un canto “A mi tierra”, mientras se recordaba como el universo del arte y de la cultura, es parte de esta tierra.