Buenos Aires, 9 Oct (Notimex).- La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se metió de lleno a la campaña presidencial para impulsar a su candidato, Daniel Scioli, quien el próximo 25 de octubre buscará ganar las elecciones para convertirse en su sucesor.
La jefa de Estado incrementó durante las últimas semanas los actos públicos en los que ofrece discursos para convocar a los argentinos a respaldar políticas de continuidad del proyecto kirchnerista.
Aunque no pide de manera explícita el voto para Scioli, sí se ha aprovechado de la permisividad de la ley electoral argentina para que el candidato oficialista y todavía gobernador de la provincia de Buenos Aires la acompañe en los actos que son transmitidos en cadena nacional.
Esto implica que todos los canales de televisión y radios de señal abierta se enlazan para mostrar a la presidenta y a quienes estén con ella, lo que beneficia a Scioli, ya que esta propaganda indirecta no es contabilizada como gasto de campaña.
El aprovechamiento de ocupar múltiples cargos, como gobernador y candidato, por ejemplo, se debe a que la ley no obliga a los funcionarios a pedir licencia durante sus campañas políticas, por lo cual se difumina la división entre actos de gobierno y de propaganda electoral.
No fue magia, es el eslogan elegido por Fernández de Kirchner para enumerar, una y otra vez, los logros de los 12 años de gobiernos encabezados por ella y por su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner.
En cada inauguración, videoconferencia, presentación de iniciativas de ley y obras viales, la presidenta también aprovecha para destacar la estabilidad económica como un factor para atraer votos.
Contra todos los pronósticos, hoy Argentina es el único país de América Latina que va a terminar el año con crecimiento, nosotros sabíamos que era así, porque tenemos el pulso de la economía, presumió esta semana en uno de sus mensajes por cadena nacional.
Esta es una Argentina en marcha y no vamos a permitir que nadie ni nada la detenga, aseguró en otra de sus intervenciones.
En todos sus discursos, la mandataria actúa de manera conciliadora cuando reconoce que claro que falta mucho por hacer, y que su gobierno dejará cosas pendientes, pero justo por eso convoca a seguir este proyecto político votando por los candidatos oficialistas.
El próximo 25 de octubre, más de 30 millones de argentinos están convocados a elegir presidente, vicepresidente, algunos gobernadores, diputados y senadores.
Si ningún candidato gana ese día con 45 por ciento de los votos, o con 40 por ciento, pero a una distancia de 10 puntos con el segundo lugar, habrá una segunda vuelta electoral que se realizará el 22 de noviembre próximo.