El líder del grupo insurgente, en un comunicado difundido en la página del grupo rebelde, afirmó que la muerte del mayor Germán Méndez y del patrullero Edílmer Muñoz, fue por un intento de rescate de los uniformados por parte de las tropas oficiales.
Si los milicianos tuviesen que responder por la comisión de un delito, tendrían que hacerlo ante la juridicidad guerrillera, de acuerdo con nuestros reglamentos. En ningún caso procedería su entrega a las autoridades enemigas, aseguró.
El Ministerio de Defensa y la oficina de las Naciones Unidas en Colombia condenaron el asesinato de los dos uniformados y exigieron a las FARC, que entregue a los milicianos responsables del doble crimen, calificado de delito de lesa humanidad.
Los guerrilleros de las FARC secuestraron a los dos policías el 12 de marzo y seis días después las autoridades encontraron los dos cuerpos en una zona rural de Nariño, con signos de tortura.
El hecho fue reconocido por el grupo guerrillero en una declaración pública por su equipo negociador en La Habana, que fue rechazada por el gobierno colombiano y diferentes sectores políticos nacionales.
Para el jefe rebelde los muertos de ambos, aunque se trate de colombianos, de gente pobre del pueblo. No hablemos de no permitir impunidades por hechos de guerra. Firmemos un cese el fuego (Juan Manuel) Santos y hagamos la paz posible.