En su informe de gestión ante la Asamblea Legislativa Plurinacional, al cumplir ocho años de gobierno, Evo Morales señaló que “felizmente ahora ya no somos acusados por la comunidad internacional como zona roja (en materia de narcotráfico), se ha terminado eso”.
Apuntó que hasta 2008, cuando la agencia antidrogas estadunidense (DEA) participaba en los operativos antidrogas, se erradicaron cinco mil 400 hectáreas, mientras que el año pasado fueron 11 mil 407 hectáreas “sin la participación de la DEA”.
Añadió que “los agentes externos, especialmente el gobierno de Estados Unidos, usan la lucha contra el narcotráfico con fines netamente geopolíticos”. “A algunos países los acusan de terrorismo, a algunos de narcotraficantes y con ese argumento (quieren) intervenir, invadir para saquear los recursos naturales, por eso hemos decidido nacionalizar la lucha contra el narcotráfico”, enfatizó.
Detalló que en 2005 la policía antidroga realizó seis mil 831 operativos, los cuales subieron a 13 mil 976 el año pasado, mientras que la cocaína incautada pasó de 11 a 22 toneladas y la mariguana confiscada de 35 a 76 toneladas en el mismo período. Morales valoró la “participación efectiva” de las organizaciones de productores de hoja de coca de algunas regiones bolivianas para luchar contra el tráfico de drogas.
En su discurso, Morales señaló que ninguno de sus ministros, desde que asumió la conducción del gobierno boliviano, en 2006, se corrompió en el ejercicio de sus funciones y desafió a investigarlos. “Quiero decirles, con mucha altura y con mucha dignidad: a ningún ex ministro de Evo Morales van a ver que se ha robado la plata”, subrayó el jefe de Estado, quien insistió que ninguno de sus colaboradores se ha enriquecido de forma ilícita.
Acotó que “de aquí los ministros se van; sí, se van, pero no se van (convertidos en) terratenientes, banqueros ni empresarios. Se van tal como están”, tras lo cual desafió a revisarlos “uno por uno” para determinar eventuales irregularidades.
En materia castrense, comentó que en 2006, cuando asumió el gobierno, recibió un Ministerio de Defensa “en ruinas” y unas Fuerzas Armadas “lastimadas y desprestigiadas”, panorama que es muy distinto en la actualidad gracias a la gestión del gobierno.
Respecto a la salud para la población boliviana, planteó “desconcentrarla y también iniciar una campaña profunda para poder descolonizar a algunos médicos que tratan mal a sus pacientes”. “Aprovecho esta oportunidad en decirles a nuestros médicos, seguir mejorando como hemos mejorado hasta ahora, el enfermo, el accidentado llega con dolor y sobre eso algunos médicos nos tratan mal peor nos espantan y nos desmoralizan”, dijo.