Los estudiosos analizaron 60 trabajos sobre colapsos de imperios, guerras recientes, tasas de criminalidad en Estados Unidos, simulaciones de laboratorios que examinaron decisiones policiales sobre cuándo disparar e incluso casos en los que lanzadores golpean a propósito a bateadores con sus lanzamientos.
Los científicos encontraron un denominador común a lo largo de los siglos: condiciones climáticas extremas muy calientes y secas significan más violencia.
“Cuando el clima empeora tendemos a estar más dispuestos a dañar a otras personas”, dijo el economista Solomon Hsiang, de la Universidad de California en Berkeley.
Hsiang es el autor principal del estudio, publicado el jueves en la versión electrónica de la revista Science. Expertos en las causas de guerras tuvieron reacciones encontradas.
El equipo de economistas elaboró incluso una fórmula para pronosticar cuánto aumenta el riesgo de diferentes tipos de violencia con el incremento del calor. En áreas sacudidas por guerra en la zona ecuatorial de África, dicen, cada aumento de un grado Fahrenheit (5/9 grado Celsius) incrementa las probabilidades de conflicto entre grupos rebeliones, guerras por 11% a 14%. Para Estados Unidos, la fórmula dice que por cada incremento de 5,4 Fahrenheit (3 Celsius) las probabilidades de crímenes violentos aumentan entre 2 y 4%.
Las temperaturas en gran parte de Norteamérica y Eurasia muy probablemente aumentarán 5,4% Fahrenheit (3 Celsius) para el 2065 a causa del incremento en la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, de acuerdo con otro estudio publicado por Science el jueves.
El mismo estudio dice que las temperaturas globales aumentarían en 3,6 grados en el próximo medio siglo. Ello implicaría entre 40 y 50% mayores probabilidades de guerras en África que las que habría sin calentamiento global, dijo Edward Miguel, otro economista de Berkeley y coautor del estudio.
Cuando el Panel sobre Cambios Climáticos actualice su reporte el año próximo sobre los impactos del calentamiento global va a lidiar por primera vez con el asunto del impacto en guerras, dijo Chris Field, un científico de la Carnegie Institution que encabeza el grupo de estudios globales. Agregó que el nuevo estudio muy probablemente tendrá un importante papel en el reporte.
Hsiang dijo que cada vez que los estudios analizados examinaron temperaturas y conflictos, el vínculo estuvo claro, sin importar cuándo ni dónde. Su análisis examina una decena de estudios sobre colapsos de imperios o dinastías, unos 15 estudios sobre delito y agresión y más de 30 estudios sobre guerras, descontento civil y conflictos entre grupos.
La gente a menudo no considera conflictos humanos cuando piensa sobre los cambios climáticos, y ese es “un importante descuido”, dijo el profesor de sicología de la Universidad de Ohio Brad Bushman, que no fue parte del estudio pero cuyo trabajo sobre crimen y calor fue analizado por Hsiang.
Bushman dice que hay una buena razón por la cual las personas se vuelven más agresivas en temperaturas más calientes. El pulso y otras reacciones físicas aumentan. Aunque las personas piensan que no están agitadas, de hecho lo están, y “esa es una receta para el desastre”, agrega.