Los partidarios de una iniciativa que contempla ofrecer asistencia financiera estatal a los estudiantes neoyorquinos que viven en el país de manera ilegal no veían muchas probabilidades de aprobación en este año de elecciones legislativas, por lo que planeaban darle mayor empuje en 2015.
Pero el imprevisto apoyo del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y de un mayor número de legisladores demócratas ha dado nueva vida al DREAM Act estatal y renovado las esperanzas de los estudiantes, que ahora no pueden recibir la asistencia estatal para el pago de sus estudios.
“Es muy frustrante tratar de seguir estudiando con tantos obstáculos en el camino”, dijo Marcy Suárez, alumna de último año de secundaria de Brentwood, quien tenía 7 años cuando cruzó el desierto mexicano para llegar a Estados Unidos.
A diferencia de la Ley DREAM federal, que contempla establecer un mecanismo de naturalización para las personas que llegaron al país antes de los 16 años, la iniciativa estatal permite brindar ayuda financiera a los estudiantes que viven en el país de manera ilegal.
La propuesta de Nueva York incluye una partida presupuestaria de 25 millones de dólares para permitir que el dinero del Programa de Asistencia para Matrículas Escolares se canalice a estudiantes tanto de instituciones públicas como privadas y cubra hasta 5.000 dólares al año por estudiante en carreras de cuatro años.
Se desconoce con precisión cuántos estudiantes podrían beneficiarse con la asistencia, pero según un informe del contralor Thomas DiNapoli, 8.300 estudiantes de las universidades CUNY y SUNY cumplirían los requisitos. “La evidencia de los beneficios económicos del DREAM Act son innegables”, dijo esta semana Marti Adams, portavoz de De Blasio. “No necesitamos pensar por más tiempo. La Legislatura necesita dar a estos estudiantes el apoyo que requieren para salir adelante”.
Desde que la iniciativa se presentó hace tres años, sus detractores han argumentado que usar dinero de los contribuyentes para dar asistencia monetaria a personas que están en el país ilegalmente quita oportunidades y recursos a estudiantes que son ciudadanos estadounidenses. Nueva York es uno de los 16 estados que ya permiten a los estudiantes inmigrantes pagar matrículas escolares preferentes en universidades públicas.
El futuro de la iniciativa es incierto en el Senado, donde el espaldarazo dado por otros cuatro miembros de la Conferencia Demócrata Independiente la deja a cinco votos de la aprobación. Otros cuatro senadores demócratas no se han manifestado públicamente sobre la iniciativa, que fue aprobada fácilmente en la Asamblea de mayoría demócrata el año pasado. Conseguir los votos para la aprobación de la iniciativa es sólo uno de los obstáculos.
El senador Dean Skelos, el líder republicano, y el senador Jeff Klein, de la CDI, pueden impedir que la iniciativa llegue al pleno. Los demócratas temen que si consiguen los votos necesarios sea bloqueada por Skelos. Skelos no respondió a un mensaje en el que se le solicitaban comentarios.
Pero el senador Rubén Díaz dijo a The Associated Press que los republicanos no son el principal escollo para el DREAM Act. Culpó a otros legisladores hispanos que apoyan públicamente la iniciativa y al gobernador Andrew Cuomo, quien (de acuerdo con Díaz) manifestó a los partidarios de la iniciativa que esperaran porque los republicanos no permitirían una votación en el pleno.
Los patrocinadores de la iniciativa y un portavoz de Cuomo negaron esos señalamientos. El asambleísta Francisco Moya, patrocinador de la iniciativa, dijo que las conversaciones con Cuomo han sido positivas y que no ha recibido señal de Cuomo para detener la medida.
Cuomo ha dicho que promulgará la iniciativa si se aprueba en el Senado, pero decepcionó a los legisladores hispanos y a los promotores de la medida por no hablar del DREAM Act en su informe de gobierno. “Nuestro gobernador trata de impedir nuestros esfuerzos”, dijo César Vargas, codirector del grupo Dream Action Coalition. “Pero hay una ola significativa que viene de la ciudad de Nueva York por parte de De Blasio”.