Estocolmo vivió lo que se puede establecer como un ataque terrorista, siendo asegurado de esta manera por el primer ministro sueco Stefan Löfven, tras la embestida de un camión a una multitud en Drottninggatan, una zona de tiendas en el centro del mismo, dejando saldo de al menos tres fallecidos.
Un camión “salió de la nada. Vi al menos a dos personas ser atropelladas. Corrí tan rápido como pude”, contó un testigo al diario sueco Aftonbladet.
El rotativo también informó que la unidad con la que fue realizada dicho ataque, era de la compañía Spendrup, el cual fue robado minutos antes, cuando el conductor se encontraba realizando un reparto a un restaurante.
En palabras de Martin Svenningsen, reportero de la radio sueca, en esta acción habían perdido la vida tres personas sin embargo mencionó “pero probablemente son más”. La agencia de noticias TT reportó que la Policía les había confirmado la cifra de tres defunciones, y medios locales reportaron a una persona detenida.
Tras los hechos suscitados, la Comisión Europea (CE) subrayó que un atentado contra un Estado miembro de la Unión Europea (UE), es un ataque en contra de los países conformantes.
“Un ataque contra cualquier Estado miembro es un ataque contra todos”, declaró en un comunicado el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, quien ofreció su solidaridad al pueblo y a las autoridades de Suecia, y envió sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Un hecho similar fue el acontecido el 22 de marzo en Londres, cuando un hombre lanzó su automóvil contra decenas de personas que circulaban por Westminster Bridge, matando a cuatro de ellas, además de un oficial de policía que fue apuñalado en el acto, antes de que el atacante fuera abatido por fuerzas de seguridad.