La portavoz del Departamento, Jen Psaki, indicó que los referendos violarían el derecho internacional y la integridad territorial de Ucrania, además de que son ilegales de acuerdo con las propias leyes de ese país de Europa del Este.
En un comunicado, Psaki destacó que el gobierno de Estados Unidos está decepcionado de que el gobierno de Rusia no haya usado su influencia para detener estos referendos luego de que el presidente ruso Vladimir Putin sugiriera que estos fueran pospuestos.
Asentó que aunque Putin también declaró que las fuerzas militares rusas se retiraban de la frontera con Ucrania, esto no ha sucedido, y que tanto las redes sociales como los medios de información apoyados por el gobierno ruso alientan a los residentes del este de Ucrania a participar en plebiscito.
Los medios de comunicación del Estado ruso también continúan respaldando decididamente los referendos sin mención al llamado de Putin para su posposición, señaló Psaki.
La funcionaria consideró que los esfuerzos de la comunidad internacional deben enfocarse en apoyar al gobierno de Ucrania a celebrar las elecciones presidenciales del 25 de mayo, lo que les permitirá a los ucranianos tener una voz en el futuro de su país.
Psaki manifestó que cualquier intento de desestabilizar el proceso democrático será visto como una acción por negarle a los ciudadanos de Ucrania su derecho a expresar libremente su opinión política.
En ese sentido, insistió en que tal como había establecido el presidente Barack Obama y la canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, los intentos de los líderes rusos por desestabilizar las elecciones haría que ambos gobiernos actuaran rápidamente para imponer mayor costos a Rusia.
Afirmó que el gobierno ruso aún puede implementar los compromisos alcanzados en Ginebra, así como cumplir la oferta de retirar las tropas de la frontera con Ucrania, tal como Putin lo prometió.