McCaul sostuvo que la detención en febrero fue significativa tanto simbólica como operativamente contra el cártel de Sinaloa. Es un indicativo del compromiso del presidente Enrique Peña Nieto de acabar con los cárteles, dijo en una audiencia para examinar el futuro de la cooperación entre Estados Unidos y México a la que asistieron altos funcionarios de la administración Obama.
McCaul señaló que miembros del Comité escribieron una carta al secretario de Estado, John Kerry, y al procurador Eric Holder, para urgirlos a lograr la extradición del presunto líder del cártel de Sinaloa con base en el tratado bilateral de extradición. La petición fue secundada por el republicano por Georgia, Paul Broun, quien sostuvo que no extraditar al capo mexicano es incompetencia. Díganme que lo van a traer, exclamó.
El secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, John Feeley, uno de los tres funcionarios invitados, explicó que el tema de la extradición del Chapo a Estados Unidos es objeto de discusión con México y que será una decisión final del Departamento de Justicia.
Pero reconoció que las discusiones con México de una posible extradición en el futuro no necesariamente resultarán en una eventual transferencia inmediata del narcotraficante a Estados Unidos si el gobierno toma la decisión de buscarla.
Visiblemente molesto, el republicano Broun indicó que la respuesta de la administración debe ser que buscarán su extradición. Poco después abandonó la audiencia. McCaul hizo notar por su parte que Guzmán Loera es el enemigo público número en Chicago y enfrenta acusaciones criminales en California, Nueva York y Texas.
México ha señalado que antes de considerar una eventual extradición a Estados Unidos, el Chapo deberá cumplir su condena pendiente antes de escapar de la prisión de Puente Grande, Jalisco, en 2001, además de enfrentar nuevas acusaciones en su contra.
Durante la audiencia legislativa, el secretario adjunto para Asuntos Internacionales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alan Bersin, dejó claro que más allá del apoyo estadounidense en la captura del delincuente, su detención fue un éxito de México. Seamos claros en este punto, el arresto y captura de ´El Chapo´ fue una operación mexicana y un éxito mexicano. México merece el crédito, sostuvo en su testimonio.
Cuestionados los funcionarios si la captura liquidaría al cártel de Sinaloa, Feeley respondió que es difícil predecir el desenlace pero hizo notar que la caída del Chapo tendrá un efecto, porque sus subalternos suelen no tener las mismas habilidades organizativas.
Feeley hizo notar que México y Estados Unidos mantienen su cooperación a través de la Iniciativa Mérida, con un total entregado de mil 200 millones de dólares en equipo, entrenamiento y capacidad institucional. La secretaría de Gobernación y la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) están discutiendo una expansión de las actividades de prevención del crimen y la violencia, adelantó.