La nueva alerta es la primera de su tipo desde el anuncio que antecedió al décimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
La medida tiene como contexto el ataque lanzado el 11 de septiembre de 2012 que costó la vida a varios norteamericanos en un recinto diplomático estadounidense en Bengasi, Libia, así como la determinación del gobierno y el congreso en Washington de impedir la repetición de hechos similares contra alguna embajada o algún consulado de Estados Unidos.
“Existe una marea de amenazas considerables y estamos reaccionando ante ellas”, dijo el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto. En entrevista con ABC News que será difundida el domingo, Dempsey afirmó que las amenazas son “más específicas” que las anteriores y “la intención es atacar Occidente, no sólo intereses norteamericanos”.
El Departamento de Estado recomendó en su advertencia a los viajeros estadounidenses que adopten medidas adicionales de precaución en el extranjero; mencionó posibles peligros en los sistemas de transporte público y otros lugares importantes para turistas. Recordó que atentados terroristas previos se han centrado en el metro y transporte ferroviario, así como en aviones y embarcaciones.
El Departamento de Estado dejó entrever su recomendación de que los viajeros estadounidenses soliciten al Departamento de Estado que les envíe alertas y que se registren en los consulados estadounidenses de los países adonde lleguen.
Afirmó que al-Qaida o sus aliados podrían tener como objetivo intereses del gobierno estadounidense o intereses de particulares estadounidenses. La alerta expira el 31 de agosto.
El Departamento de Estado dijo que la posibilidad de un ataque terrorista es particularmente alta en el Medio Oriente y el norte de Africa, con posibilidades de que el atentado ocurra en la Península Arábica o provenga de esa región.
Las autoridades estadounidenses señalaron específicamente a Yemen, refugio de la derivación más peligrosa de al-Qaida y la red a la que se atribuyen notables planes terroristas contra Estados Unidos, que van desde el fallido atentado en la Navidad de 2009 para destruir en vuelo un avión sobre Detroit hasta paquetes cargados con explosivos y a los que se interceptó el año siguiente en vuelos de carga.