“La señora Sandra Avila Beltrán está bajo custodia del ICE (la policía de Inmigración y Aduanas) desde el 30 de julio, y vamos a facilitar su deportación“, expresó la portavoz, que pidió no ser identificada siguiendo la política de su institución. Indicó que “por razones de seguridad” no podía detallar en qué lugar permanece detenida, ni ofrecer información sobre la fecha de la deportación.
Avila Beltrán, de 52 años, fue condenada el 25 de julio a 70 meses de prisión por ayudar a evadir la justicia a su ex pareja sentimental, el narcotraficante colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez.
El juez federal Michael Moore aceptó el pedido de la defensa de Avila Beltrán y consideró que el tiempo de prisión debía contabilizarse desde que fue detenida en México el 28 de septiembre del 2007, por lo que su sentencia ya ha sido cumplida considerando también el tiempo (cerca de un año) que pasó en prisión en Miami.
Stephen Ralls, el abogado que defendió a Avila Beltrán en el sur de la Florida, dijo a la AP que aún no tiene información sobre la deportación de su clienta. “No tengo ninguna información sobre eso. No hay ningún indicio de que vaya a ser liberada hoy”, dijo Ralls en comunicación telefónica.
El letrado explicó que la “Reina del Pacífico” se encuentra en Florida y dijo que posiblemente será trasladada a otro centro de detención de inmigrantes donde las autoridades la reunirían con otros mexicanos para deportarlos a todos juntos. “Sería en cuestión de días”, indicó.
Por lo general, las autoridades estadounidenses informan que un extranjero ha sido deportado una vez que es entregado al gobierno de su país. No están obligadas a dar detalles sobre el procedimiento a los abogados.
Con el fin de obtener una condena más leve, la mexicana de 52 años selló en abril un acuerdo con la fiscalía y se declaró culpable de haber ayudado a ocultarse de las autoridades a su ex novio, el colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez. El hombre, que se desempeñaba como enlace entre el cartel mexicano de Sinaloa y el cartel colombiano del Norte del Valle, se había declarado culpable de acusaciones relacionadas con el tráfico de cocaína en 2009.
En 2004 la justicia estadounidense había acusado a Avila Beltrán de asociación ilícita para importar cocaína y asociación ilícita para distribuir al menos 100 kilos de esa droga en este país, pero la fiscalía desistió de esos cargos como parte del acuerdo. Espinosa Ramírez se había declarado culpable de cargos de narcotráfico en el 2009.
Al declararse culpable (una estrategia que suelen utilizar los acusados para obtener una reducción de sus condenas) Avila Beltrán admitió que facilitó dinero a Espinosa Ramirez entre 2002 y 2004 para que pudiera viajar por México y se hospedara sin ser arrestado.
Avila Beltrán fue extraditada desde México a comienzos de agosto del 2012. Las autoridades de su país la habían arrestado en el 2007, en un restaurante. En un principio Avila Beltrán aseguró que era inocente y que se ganaba la vida vendiendo ropa.
En un documento presentado ante el juez días antes de la sentencia, los abogados de Avila Beltrán revelaron que Espinosa Ramírez vivió oculto en la ciudad de México durante cinco años, lapso durante el cual la mujer le “suministró dinero que necesitaba para trasladarse de un lugar a otro y para mantener un tipo de vida confortable”.