“Estamos profundamente decepcionados de que el gobierno ruso haya tomado este paso a pesar de nuestra clara solicitud legal en público y privado para que Edward Snowden fuera expulsado a Estados Unidos a enfrentar los cargos en su contra”, dijo el vocero presidencial Jay Carney.
Carney rehusó responder a los cuestionamientos sobre la eventual presencia del presidente Barack Obama en la reunión cumbre de líderes del Grupo de los 20 (G-20) que tendrá lugar en San Petersburgo, Rusia, en septiembre próximo. “Obviamente (la decisión) no es un evento positivo. Tenemos un amplio rango de intereses con los rusos y estamos evaluando la utilidad de una cumbre”, dijo sin abundar el respecto.
Carney reiteró la postura de su gobierno en contra de esta protección al insistir que el extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) no es un disidente o un activista que ha hecho revelaciones. “Él está acusado de haber filtrado información clasificada, ha sido acusado con tres cargos de felonía”, explicó Carney hablando en su habitual rueda de prensa.
Dijo que la decisión de las autoridades rusas, que permitieron que Snowden abandonara este jueves el aeropuerto de Moscú donde permaneció durante las últimas cinco semanas, tendrá consecuencias inmediatas. “Esta acción socava el largo historial de cooperación policiaca, cooperación que recientemente ha ido en aumento desde el caso de los atentados en el Maratón de Boston”, indicó Carney.
Insistió que en la eventualidad de ser expulsado a Estados Unidos, Snowden gozaría de las protecciones que la ley confiere a todos los acusados. Cuestionado sobre las razones detrás de esta decisión, Carney respondió: “Vamos a dejar que las autoridades rusas las describan”.