Curadores en la isla le dieron a Jim McGovern, legislador demócrata de Massachusetts, y a la delegación estadounidense que visita Cuba, un recorrido por la Finca Vigia, en lo alto de una colina desde donde se ve la capital cubana.
Los historiadores han buscado preservar la casa justo como Hemingway la dejó poco antes de su muerte en 1961. Cabezas de animales disecados están montados sobre las paredes en un tributo a su entusiasmo por la cacería. En la mesa de una sala de espera están las botellas de licor consumidas a la mitad tal cual estaban hace más de cinco décadas.
McGovern dijo el lunes que un cariño compartido por el escritor trasciende las divisiones políticas entre Cuba y Estados Unidos.