Estados Unidos está ponderando aplazar su retirada militar de Afganistán, manteniendo una presencia de tropas por más tiempo que el planeado inicialmente este año y el próximo porque el nuevo gobierno afgano ha resultado ser un socio más confiable, dijo el sábado el secretario norteamericano de Defensa Ash Carter.
Carter, en su primer viaje al exterior desde que asumió la jefatura del Pentágono, dijo además que el gobierno de Barack Obama está “reconsiderando” la misión antiterrorismo en Afganistán, aunque no dio más detalles.
No se han tomado decisiones por el momento, pero Obama va a analizar opciones para demorar la retirada estadounidense cuando el presidente afgano Ashraf Ghani visite la Casa Blanca el mes próximo, dijo Carter en una conferencia de prensa con Ghani. Los presidentes planean además hablar sobre el futuro de la lucha antiterrorismo en Afganistán, agregó.
Hay unos 10.000 soldados estadounidenses en Afganistán, de 100.000 hasta 2010-11.
Aunque la Casa Blanca reconoció recientemente que estaba reconsiderando el plan de retirada, las declaraciones de Carter son la explicación más directa hasta ahora de un funcionario del Pentágono en medio de críticas republicanas de que el plan de retirada del presidente era arriesgado y apresurado.
El 11 de febrero, la Casa Blanca dijo que Ghani había pedido “cierta flexibilidad en el calendario de la reducción de tropas” y que el gobierno estaba “ponderando activamente” esa posibilidad. Un día después, el principal comandante estadounidense en Afganistán, general John Campbell, dijo al panel de Servicios Armados del Senado que le había presentado al gobierno varias opciones que le permitirían continuar mejor el entrenamiento y asesoramiento de las fuerzas afganas.
El “denominador común” es la convicción en Washington de que la formación de un gobierno de unidad nacional en Kabul el año pasado ha abierto nuevas posibilidades de progreso en los frentes político y militar, dijo Carter.