Francesca y Lee Williams son una pareja que felizmente y sin ninguna complicación, en 2014, tuvieron a su hija Bella, sin imaginar que 14 meses después viviría momentos realmente angustiantes.
Fue cuando la niña tenía poco más de un año cuando su cabello se empezó a car, lo que alertó a sus padres, y a los pocos meses notaron que, mientras disfrutaban de sus vacaciones, la bebé perdió toda su energía.
El estado de salud de Bella fue empeorando, así que finalmente la ingresaron en un hospital para realizarle diferentes estudios médicos, con los que comprobaron que padecía de graves anomalías cerebrales que apuntaban a una enfermedad mitocondrial.
Al poco tiempo, la bebé dependía de un soporte vital para seguir con vida, cada día estaba más débil y respiraba con la asistencia de un respirador artificial.
A las tres semanas Francesca y Lee fueron alertados de que su hija no sobreviviría, por lo que los médicos la desconectarían del soporte vital, y firmaron un acuerdo en el que renunciaban a la posibilidad de reanimar a su pequeña.
Familiares y amigos cercanos se reunieron en el hospital para darle un último adiós a Bella antes de desconectarla del respirador.
Mientras la desconectaban, Lee se quedó tomando la pequeña mano de su hija para esperar su último respiro, sin embargo, eso no ocurrió.
“Pude sentir su mano cayendo y debilitándose, pero ella comenzó a agarrar de nuevo mi dedo. Se movía por su cuenta y la máquina empezó a sonar”, relató Lee.
Los médicos reaccionaron para ayudar a Bella a sobrevivir, en contra del acuerdo firmado, pero media hora después el oxígeno de Bella estaba normalizado.
Resultó que no tenía enfermedad mitocondrial, sino una deficiencia de biotinidasa, una afección hereditaria en la que el organismo no es capaz de procesar la vitamina biotina.
Esto puede ser tratado con suplementos tomados diariamente por el paciente, con lo que puede tener una vida normal, feliz y saludable.