En una entrevista con The Associated Press, el canciller Ibrahim al-Jaafari dijo que Irak ha sabido desde hace mucho tiempo que los extremistas del Estado Islámico plantean un peligro fundamental.
Dijo que los ataques del 13 de noviembre contra personas inocentes que disfrutaban de una noche de fiesta fueron una demostración de la determinación del grupo Estado Islámico para sembrar miedo en Occidente al matar a tantas personas como sea posible.
Un total de 130 personas murieron y cientos resultaron heridas en los ataques a la sala de conciertos Bataclan, así como bares y restaurantes, y los alrededores del Estadio Nacional.