Génderson Carrillo Ordóñez, alias “el Enano“, fue uno de los sicarios que el jueves 5 de febrero asesinó a los cuatro hermanos Vanegas Grimaldo en la ciudad de Florencia, 365 kilómetros al suroeste de Bogotá, según la oficina de prensa de la fiscalía.
El director de la Policía, general Rodolfo Palomino, explicó telefónicamente a la AP que Carrillo se rindió “porque lo teníamos cercado”.
El sábado el presidente Juan Manuel Santos había anunciado el arresto de otros dos implicados en el caso.
“Se entregó el segundo sicario, el que iba en la moto; se entregó porque estaba rodeado; lo tenían prácticamente capturado. Entonces se entregó. Esto representa un paso muy importante en la solución definitiva de este terrible crimen”, aseguró el mandatario el lunes.
Carrillo presuntamente conducía la motocicleta en la que el asesino llegó hasta la casa de la familia Vanegas. Según la Fiscalía una mujer habría prometido a los sicarios un millón de pesos (421 dólares) y un lote. Se trataría de Luzmila Artunduaga, contra quien la Fiscalía librará orden de captura en la tarde de lunes, informó la oficina de prensa de la entidad.
Según las investigaciones, el 5 de febrero Cristopher Chávez, alias “el Desalmado”, y Edison Vargas llegaron hasta la vivienda de los hermanos Vanegas de 4, 10, 14 y 17 años, y los asesinaron con armas de fuego durante una matanza que incluyó el tiro de gracia a los pequeños.
Los detenidos presuntamente cometieron el crimen por encargo de un tercero con el que el padre de las victimas estaba enfrentado por una disputa de tierras.
Chávez, de 42 años, tiene antecedentes penales y ya fue encarcelado en 2000 por homicidio.
El día de la masacre, los asesinos llegaron a la casa y al no encontrar a los padres, Jairo y Victoria Vanegas, que habían viajado a Florencia para matricular a los menores en el colegio, abrieron fuego contra los niños.
El presidente Santos se puso al frente del caso y ordenó a sus jefes policiales viajar a la zona y les dio de plazo hasta el domingo para la captura de los culpables.
Las autoridades habían ofrecido una recompensa de hasta 29.000 dólares para quienes entregaran información que permitiera ubicar a los autores intelectuales y materiales del homicidio. Según Palomino, es posible que se amplíe el monto de la recompensa para poder llevar a los estrados judiciales a todos los responsables del homicidio colectivo.
Palomino abrió el debate el domingo sobre la conveniencia de aplicar en Colombia la pena de muerte o la cadena perpetua a personas que sean capaces de cometer actos como los ocurridos contra los Vanegas Grimaldo.
El jurista Jaime Granados explicó por teléfono a AP que de ser hallados culpables los detenidos podrían enfrentar una pena de hasta 60 años de cárcel.