El presidente de México, Enrique Peña Nieto cumplió los tres primeros años de su mandato con muy baja popularidad y casi nula aceptación.
Prácticamente han pasado inadvertidas las iniciativas presentadas por Enrique Peña Nieto, quien al parecer de los analistas, pasa más tiempo defendiendo sus reformas que proponiendo nuevas ideas políticas.
La tragedia de Ayotzinapa, a finales de 2014, desplomó su popularidad; el escándalo inmobiliario de su esposa, Angélica Rivera lo ha perseguido durante el último año. La crisis del petróleo ha lastrado el crecimiento económico, la fuga de El Chapo ha dañado su credibilidad, y la propia configuración del sistema electoral, que tan buenos réditos le dio al principio, ha empezado a cobrarle la factura.
Enrique Peña Nieto ganó la presidencia con sólo el 38% de los votos emitidos y ahora, apenas a la mitad de su mandato ya comienzan a escucharse los nombres de sus posibles sucesores para el 2018, como Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón (antecesor de Peña Nieto), Miguel Ángel Osorio Chong, actual secretario de Gobernación, Aurelio Nuño, actual secretario de Educación; aunque también se esperan a candidatos independientes como Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco.