Periodistas de The Associated Press vieron los cuerpos de dos fallecidos y hablaron con familiares de una tercera persona reportada como muerta. Entre ellos no había mujeres ni niños, contrario a las afirmaciones iniciales de un portavoz de las autodefensas.
La Procuraduría General de la República señaló que no podía confirmar un número de muertos, mientras la Secretaría de Gobernación -responsable del área de seguridad del Ejecutivo- dijo no tener información de que soldados hubieran disparado contra civiles desarmados.
“¿Así quieren proteger al pueblo? No los queremos”, dijo Gloria Pérez Torres mientras se lamentaba sobre el cuerpo de su hermano Mario, de 56 años, una de las víctimas en la confrontación con militares ocurrida en las primeras horas del martes.
La confrontación ocurrió cuando militares llegaron a Antúnez, en el sur de Michoacán, para intentar desarmar a las autodefensas, grupos de civiles que en los últimos meses decidieron organizarse y enfrentar al cartel de Los Caballeros Templarios que ha asolado al estado por años.
Horas después Antúnez estaba en relativa calma, mientras los grupos de autodefensas continuaban armados y en control del poblado.
Alejandro Hope, experto en seguridad y ex miembro de la agencia de inteligencia mexicana, calificó el inicio de la estrategia de “desastre”, porque sólo unas horas después de su anuncio ya se reportaba la muerte de civiles.
Meses atrás, cuando aparecieron los primeros grupos de autodefensas, las autoridades llegaron a arrestar a algunos de ellos, pero luego el gobierno pareció trabajar con ellos, pese a negarlo públicamente.
Mientras las autodefensas se enfrentaban con el cartel, militares y policías federales realizaban patrullajes en carreteras, pero nunca intervinieron en esos choques armados.
“Ha habido una erosión de la credibilidad de los anuncios del gobierno federal en Michoacán”, dijo Hope a la AP, un día después de que el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, anunciara el envío de más soldados y agentes federales al estado para tomar el control de la seguridad.