En enfrentamiento resultó una manifestación que se desarrollaba en París con motivo del primer día de mayo en el cual se celebran los derechos laborales de los trabajadores. En dicha manifestación participaron miles de personas.
Al menos dos agentes antidisturbios sufrieron heridas al ser receptores de dos bombas molotov que fueron lanzadas por parte del grupo de encapuchados, los cuales se habían colocado de frente al contingente antes mencionado, el cual fue organizado en la plaza de la República por la Confederación General del Trabajo, Fuerza Obrera, la Federación Sindical Unitaria y Sud.
Los agentes encargados de controlar disturbios, lanzaron granadas lacrimógenas para tratar de separar a las personas que alborotaban la marcha, del resto de los ciudadanos, los cuales estuvieron parados minutos antes de reanudar la marcha programada en dirección de la plaza de la Nación.
Los encapuchados llevaban algunas pancartas en las que se mostraba su rechazo a tener que elegir entre los dos candidatos que se han clasificado para disputar la presidencia de Francia el próximo domingo, tratándose del socioliberal Emmanuel Macron y la de ultraderecha Marine Le Pen.
Los sindicatos franceses se encuentran en este primero de mayo divididos por las posturas de ambos candidatos presidenciales, por un lado se encuentran los “reformistas”, quienes han pedido el voto exclusivamente para Macron, esto para frenar el avance de Le Pen en la búsqueda por la presidencia francesa.
“Llamamos a los electores y electoras a bloquearlo y a votar masivamente por el candidato republicano”, ese fue lo dicho por representantes del sindicato sin mencionar el nombre de Macron.
Se menciona que entre 200 y 300 personas fueron las asistentes a la marcha convocada para este día.
Marine Le Pen ha intentado atraer el voto de la izquierda en los últimos días, dichos votantes apoyaron en la primera vuelta al líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. Ha acusado a su rival, al que se refiere constantemente como “el banquero Macron”, de ser el representante de la “oligarquía” y de la “casta” de continuar una política económica que beneficia solo a las élites y se limita a decirle “sí” a Bruselas y Berlín.