La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) detectó la muerte de 150 ejemplares de tortugas marinas muertas, durante un recorrido efectuado por la Laguna Ojo de Liebre, ubicada en Guerrero Negro, Baja California Sur.
El organismo informó que la probable causa del deceso de los quelonios marinos de la especie Chelonia midas agassizii fue por hipotermia, ante las bajas temperaturas que se registran en la región por los frentes fríos de la temporada.
En un espacio de 20 kilómetros en el área conocida como el Remate de la laguna, inspectores de la Profepa realizaron el conteo y levantaron información sobre la condición de los cadáveres y buscaron alguna posible fuente de contaminación o indicios para conocer la causa de muerte.
En un comunicado, detalló que las tortugas se encontraron en un avanzado estado de descomposición, es decir hinchadas, reventadas y secas, por lo cual fue imposible tomar muestras para su análisis de laboratorio.
Se observó que ninguna presentaba algún tipo de laceración o herida en el cuerpo, y la mayoría de las tortugas se encontraban enteras y algunas desmembradas por especies carroñeras, como coyotes.
De acuerdo con lo observado, los ejemplares marinos tenían varios días muertos, ya que una tortuga marina sin vida tiende a sumergirse por un periodo aproximado de tres a cinco días, hasta que empieza el proceso de descomposición, ya que los gases acumulados provocan la flotabilidad del cuerpo.
Posteriormente, las mareas arrojan los cuerpos reventados a las playas, donde son afectados por las especies carroñeras y las inclemencias del tiempo, condiciones que imposibilitan tomar muestras que garantice su debido análisis.
La Profepa informó que con esta contingencia en la Laguna Ojo de Liebre, suman tres los eventos de mortandad de especies marinas en lo que va de este año.