El 2017 comienza sin uno de los velocistas más espectaculares del mundo. Un hombre que con sus veloces piernas cautivó al mundo entero en los tres Juegos Olímpicos a los que asistió: Usain Bolt. Nació en Jamaica, y su competencia más próxima es con la velocidad de la luz.
Bolt se colgó nueve medallas doradas repartidas en tres justas olímpicas: Beijing 2008, con apenas 21 años de vida, ganó tres metales dorados en 100 y 200 metros planos, y 4×100 en relevos. En 2012, cuando se presentó en Londres, repitió la dosis de Beijing, aunado al récord del mundo de 9″ 63 en los 100 metros y la marca de 36″ 48 en relevos.
Río 2016 le presentaba un desafío a vencer, ya con casi 30 años, buscaba el “triple-triple” de oro para sellar su carrera; misma que anunciaba su probable retiro meses después. Sí, otro logro, tres en total para nueve oros olímpicos para Usain Bolt.
Fue en noviembre del año pasado cuando el jamaiquino confirmó su retiro del atletismo, junto a un sueño que tiene en mente: ser futbolista.
Sin tanto ruido, Bolt declaró en conferencia el lanzamiento del documental ‘I am Bolt’ y señaló que busca tener una “vida normal” y tranquila. Creo que va a ser difícil, pero creo que es el sueño de todo mundo, algún día volver a ser normal. Sólo relajarme, no tanto estrés, pero sé que no va a suceder muy pronto, manifestó.
Poco se conoce de la vida de este grande. Usain Bolt, que nació en una familia sin problemas económicos, pero padeció de escoliosis (desviación de columna) debido a su alimentación desequilibrada y rápido crecimiento. Aunque esto no lo alejó de su pasión: correr. Y a los 15 años, cuando apenas no superaba sus problemas de columna, ya era campeón junior en 200 metros; por cierto, a nivel mundial.
Se retiró Bolt, el 2016 silenció su andar por el mundo de las competencias en los circuitos más exigentes del atletismo del planeta, pero queda un legado de un joven que con 30 años de vida, sigue comprometido con mejorar la categoría y está unido a campañas para frenar y erradicar el dopaje en los deportistas.
óGracias, Usain Bolt!, el hombre que desafió las “métricas” del atletismo, quien, con sus 1,96 metros de estatura y 86 kilogramos de peso, demostró que su ADN iba casi igual de rápido que la luz, y que fabricó su propio brillo para ser recordado siempre con su mágica sonrisa.
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