En el ámbito laboral pueden detectarse varias formas de violencia. Una de ellas es el denominado acoso sexual, entendido como cualquier conducta o acción no deseada de índole sexual interfiere en la laboral individual. Esto incluye tanto connotaciones físicas como psicológicas y afecta la integridad personal y el desarrollo profesional.
Como conducta física de naturaleza sexual se entiende cualquier contacto físico que la persona no desee, inclusive palmaditas o pellizcos, desde roces con el cuerpo hasta el intento de violación propiamente dicho. Insinuaciones sexuales, proposiciones obscenas, comentarios, son tomados también como acoso verbal sexual.
La mayor parte de las víctimas de este fenómenos son mujeres. A la situación de opresión ya instalada en la mayor parte de la sociedad, se le agrega el hecho de que la mayor parte de las trabajadoras están subordinadas a un superior varón. Existen leyes que defienden de este tipo de prácticas y que pueden ser aplicadas una vez que se supera la barrera del temor de la víctima y se efectúan las denuncias correspondientes.
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