El asesinato del menor conmovió a Estados Unidos e impulsó la creación en 1998 de una ley que permite al Estado detener por tiempo indefinido a los agresores sexuales violentos que hayan cumplido sus condenas, hasta que puedan demostrar que están rehabilitados.
Jimmy, quien tenía nueve años, desapareció el 11 de septiembre de 1995 cerca de una parada del autobús escolar en el condado Miami-Dade.
Chávez confesó el secuestro del niño y fue declarado culpable de violarlo y balearlo.
El informe oficial indica que el condenado apuntó con una pistola al menor, le ordenó que subiera a su camioneta, lo mantuvo secuestrado en su tráiler durante tres horas y media, en donde abusó de él, y luego lo asesinó cuando el pequeño pretendía escapar.
Después, el convicto desmembró el cuerpo del menor y ocultó sus restos en macetas rellenas de cemento.
Chávez fue arrestado tres meses después, cuando la policía de Miami-Dade encontró la mochila de Jimmy escondida en su tráiler y luego halló los restos.
A principios de enero último, el gobernador de Florida, Rick Scott, firmó la orden de ejecución del reo, fijada para el miércoles 12 de febrero a las 6 de la tarde.