Howell, de 48 años, recibió una inyección letal y fue declarado muerto a las 18:32 horas locales (23:32 GMT), según un vocero de la oficina del gobernador de Florida, Rick Scott.
El jamaiquino fue sentenciado a muerte tras ser encontrado culpable de la muerte del policía Jimmy Fulford, de 35 años, quien pereció al abrir un paquete bomba que Howell llevaba en la cajuela de un automóvil.
Fulford había parado el auto en el que Howell iba como copiloto por exceso de velocidad.
El paquete bomba estaba escondido en un horno de microondas, que sería entregado como regalo a dos mujeres del pueblo de Marianna, en el noreste de Florida, quienes al parecer sabían de un asesinato en el que Howell estaba implicado.
El jamaiquino, quien fabricó el artefacto, dio una identificación falsa al oficial y no le advirtió del peligro cuando revisaba el auto.
Howell es el cuarto reo ejecutado con una nueva droga que ha sido probada y considerada ineficaz, por lo que su uso ha sido cuestionado en las cortes -hasta el momento de manera infructuosa- por considerarse un castigo cruel.
El convicto perdió la semana pasada una apelación en la que argumentaba que el sedante midazolam, que se utiliza en la inyección letal, no lo dormiría totalmente antes de que las otras dos drogas mortales le fueran administradas.
El último ejecutado en Florida fue el cubano Juan Carlos Chávez, el pasado 12 de febrero, condenado por el asesinato del niño Jimmy Ryce.
Desde que se restauró la pena capital en Florida en 1976, el estado ha ejecutado a 82 presos mediante la inyección letal.