El grupo Estado Islámico secuestró a al menos 70 cristianos asirios, incluyendo mujeres y niños, tras arrasar varias localidades en el este de Siria, dijeron dos grupos activistas.
Los extremistas suníes, que siguen una interpretación radical del islam, han lanzado reiterados ataques contra minorías étnicas y religiosas en Siria e Irak desde que tomaron el control de amplias zonas en ambos países.
Los combatientes de la milicia también han saqueado iglesias, demolido santuarios chiíes y suníes y esclavizado a mujeres de la comunidad yazidí, una pequeña secta a la que consideran hereje.
El último ataque comenzó antes del amanecer del lunes, cuando los milicianos arrasaron pueblos en la ribera del río Jabur, cerca de la localidad de Tal Tamr, en la provincia de Hassakeh. En la zona viven sobre todo asirios, un pueblo indígena cristiano que tiene sus orígenes en la antigua Mesopotamia.
En el asalto, los insurgentes tomaron entre 70 y 100 rehenes asirios, dijo Nuri Kino, jefe del grupo activista A Demand For Action que se centra en las minorías religiosas en Oriente Medio_. Unas 3.000 personas lograron huir en el ataque y buscaron refugio en las ciudades de Hassakeh y Qamishii, añadió.
Kino dijo que su grupo basa sus informaciones en conversaciones con residentes que huyeron de la ofensiva y sus familiares.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humano, con sede en gran Bretaña, informó también de los secuestros, pero elevó el número de rehenes asirios cautivos de EI a 90. El Observatorio se basa en una red de activistas dentro de Siria.
Ambas organizaciones dijeron que la mayoría de los apresados procedía de la localidad de Tal Shamiram, a unos 85 kilómetros (50 millas) al suroeste de Qamishli, la capital de la provincia de Hassakeh.
Los enfrentamientos continuaban el martes, cuando la milicia curda tomó otros 10 pueblos, señaló el Observatorio.