ST. LOUIS, Missouri, EE.UU. (AP) Debajo de la superficie de un basurero del área metropolitana de St. Louis subyacen dos elementos que nunca deberían encontrarse: un incendio y un montón de desechos nucleares, separados por no más de 370 metros (1.200 pies).
Las autoridades han adoptado discretamente un plan de emergencia en caso de que las llamas lleguen en algún momento al material nuclear, un evento potencialmente “catastrófico” que podría despedir una nube radiactiva sobre una zona densamente poblada cerca del principal aeropuerto de la ciudad.
El fuego de lenta combustión en el vertedero de Bridgeton arde desde por lo menos 2010. Pero el plan para el peor caso posible fue desarrollado solamente hace un año y nunca se publicitó hasta esta semana, cuando la emisora de radio KMOX de St. Louis obtuvo una copia por primera vez.
El representante condal Steve Stenger aseguró que el plan “no es un indicio de algún riesgo inminente”.
El plan dispone evacuaciones, refugios y ayuda de grupos privados y voluntarios, junto quizás con el gobierno federal.
El operador del basurero, Republic Services, desestimó todo riesgo posible. Existen pozos interceptores estructuras subterráneas que capturan los gases que están bajo la superficie y otras salvaguardas para mantener separados el incendio y el depósito de desechos nucleares.
“Las autoridades del condado y de emergencias tienen la obligación de planear varios escenarios, incluso en los más remotos”, dijo el portavoz del vertedero Russ Knocke en un comunicado. El relleno “es seguro y es vigilado estrechamente”.
Se desconoce la causa del incendio. Durante años, la preocupación más inmediata ha sido el olor que desprenden las llamas. Republic Services está gastando millones de dólares en aminorar el aroma.
Junto al vertedero Bridgeton está el basurero West Lake, propiedad de Republic Services. La instalación de West Lake fue contaminada con desperdicio radiactivo de una empresa de St. Louis de nombre Mallinckrodt Chemical que procesaba uranio. El basurero fue abandonado ilegalmente en 1973 e incluye material que data del Proyecto Manhattan, el cual creó la primera bomba atómica en los años de 1940.
La Agencia de Protección Ambiental federal todavía está decidiendo cómo limpiar los desechos. En 1990 se ordenó su limpieza.
La proximidad de los dos peligros ambientales es lo que preocupa a vecinos y ambientalistas. En su punto más cercano, están de 300 a 365 metros (1.000 a 1.200 pies) de distancia.
Si el incendio subterráneo alcanza los desechos “existe el potencial de que se libere ceniza radiactiva por la nube de humo y se propague por toda la región”, de acuerdo con el plan de desastres.
Los incendios subterráneos no son inusuales, en especial en las minas de carbón abandonadas. Las causas incluyen relámpagos, incendios forestales y quema ilegal de basura.
Al menos 98 incendios subterráneos en minas en nueve estados estaban activos en 2013, de acuerdo con la oficina de reclamo y explotación de tierras mineras.
Pero pocos igualan al de Centralia, Pennsylvania. En 1962, una enorme pila de basura cerca de una mina de carbón se incendió y ha estado ardiendo debajo del pueblo más de medio siglo. Sólo algunas personas permanecen en una comunidad que una vez tuvo 1.000 habitantes.
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Esta historia fue actualizada para indicar que el basurero West Lake es propiedad de Republic Services, en lugar de administrado.