WASHINGTON (AP) — Los ciudadanos estadounidenses que quieran viajar a Cuba y hacer negocios con sus nuevos empresarios independientes podrán hacerlo con mayor libertad a partir del lunes.
Los departamentos del Tesoro y Comercio dijeron el viernes que las nuevas normas simplifican los procedimientos para hacer turismo, mantener comunicaciones telefónicas, efectuar negocios por internet y transferir fondos a la isla.
La Associated Press fue la primera en informar de los cambios el jueves. Las modificaciones ocurren en momentos en que ambos países tratan de convertir sus nuevas relaciones diplomáticas en lazos económicos más firmes. Hacia finales de año los antiguos rivales durante la Guerra Fría reanudarán el servicio postal directo, interrumpido durante cinco décadas, y finalizarán un acuerdo para la realización de vuelos comerciales, dijo a la AP un funcionario de Estados Unidos con conocimiento de la situación.
“Una relación más fuerte, más abierta, entre Cuba y Estados Unidos, tiene el potencial de crear oportunidades económicas para cubanos y estadounidenses”, dijo el secretario del Tesoro, Jack Lew, en un comunicado. Al aliviar el embargo comercial sobre Cuba, dijo, se “apoyará al esfuerzo del pueblo cubano para alcanzar la libertad económica y política necesaria para construir una Cuba próspera, democrática y estable”.
La secretaria de Comercio, Penny Pritzker, dijo que las nuevas reglas podrían “estimular una reforma económica en el país largamente aplazada”.
Hace nueve meses, cuando expresó su visión de las nuevas relaciones bilaterales, el presidente Barack Obama dijo que tenía dos objetivos: aliviar las penurias económicas de Cuba y ayudar a desarrollar un mercado privado fuera del control del estado.
En enero, levantó parcialmente las restricciones económicas de la manera posiblemente más drástica desde que se rompieron las relaciones luego de la revolución de Fidel Castro en 1959 a la que siguieron la invasión de Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles. Solo el Congreso puede levantar totalmente el embargo.
Con ello trató de reducir los trámites burocráticos para los viajes de estadounidenses a Cuba, permitir a las empresas estadounidenses vender teléfonos, computadora y tecnología de internet y permitirles enviar insumos a las empresas cubanas privadas. Pero los intentos de ampliar los negocios, el turismo y otras transacciones chocaron con una maraña de leyes y obstáculos estadounidenses, además de la respuesta algo renuente de los líderes políticos cubanos.