Las negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre sus proyectos nucleares superaron su segundo plazo en una semana, lo que generó nuevas dudas sobre la capacidad de las potencias mundiales para impedir por medio de la diplomacia que Teherán tenga los medios para fabricar una bomba. Pero las partes acordaron seguir conversando.
“Sabíamos que sería difícil, trabajoso, a veces arduo“, dijo la jefa de política exterior europea Federica Mogherini. Añadió que las negociaciones continuarán durante un par de días a pesar de algunos momentos “tensos”.
Al vencer el plazo más reciente establecido para un acuerdo que impongan 10 años de restricciones al programa nuclear iraní, el secretario de Estado norteamericano John Kerry, el canciller iraní Mohammad Javad Zarif y otros diplomáticos buscaban una solución al impasse. Todos hablaron de las profundas diferencias que subsistían luego de 11 días de discusiones y no habían trascendido indicios de una solución a disputas desde las normas de inspección en instalaciones iraníes hasta los límites a imponer sobre su investigación y desarrollo de tecnología nuclear avanzada.
Para Kerry y su equipo, crecen las presiones de los aliados escépticos y el Congreso estadounidense. Si el acuerdo no llega a los legisladores el jueves, el período de examen por el Congreso se duplicaría a 60 días, lo que impediría al gobierno del presidente Barack Obama otorgar rápidamente beneficios económicos a Irán a cambio de sus concesiones nucleares.
En Teherán el martes, la Organización de Energía Atómica iraní declaró que había alcanzado un “entendimiento general” en conversaciones paralelas con la agencia nuclear de la ONU sobre “cooperación conjunta”. Los iraníes han dicho lo mismo en ocasiones anteriores y no estaba claro si se había acordado un procedimiento para el examen de trabajos nucleares anteriores de la República Islámica por la Agencia Internacional de Energía Atómica. Washington y sus socios en las negociaciones exigen la reanudación de esos trabajos largamente obstaculizados.