“Es hipócrita que el liderazgo ruso llame al fin de la violencia y la creación de corredores humanitarios, al mismo tiempo que fuerzas armadas irregulares están entrando a Ucrania desde Rusia”, señaló la portavoz del Departamento de Estado, Jennifer Psaki.
La vocera acusó a los separatistas prorrusos de introducir armas de manera ilegal a Ucrania, de atacar nuevas blancos y retener como rehenes a observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
“Rusia no está haciendo nada para detener esas actividades, así que, si van a hacer un llamado para que el mundo apoye un freno a la escalada y una reducción de las tensiones, sería más efectivo para ellos poner fin a esas acciones”, remarcó la funcionaria.
Paski eludió comentar el último ataque de milicianos prorrusos en la ciudad de Lugansk, en la frontera oriental de Ucrania con Rusia.
Pos su parte, el secretario asistente de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional, Derek Chollet, consideró la incursión rebelde en Ucrania como otro ejemplo de las actividades “desestabilizadoras” que respalda Rusia.
Anunció que Estados Unidos destinó 18 millones de dólares a fortalecer la cooperación de defensa con Ucrania, para ayudar a construir unas fuerzas armadas “efectivas”.