BATH, Maine, EE.UU. (AP) Primero en inglés y luego en español, la madre de un infante de Marina muerto que protegió a sus camaradas de la granada de un insurgente bautizó un nuevo destructor de la Armada en su honor.
Rosa Peralta le pidió a Dios que bendiga el buque que lleva el nombre de su hijo, el sargento Rafael Peralta, y que mantenga a la tripulación a salvo antes de estrellar el sábado una botella de champaña contra la proa del navío.
La ceremonia en el astillero Bath Iron Works para bautizar el USS Rafael Peralta fue en homenaje al marine muerto, que dio la vida en servicio del país al que emigró cuando era niño. Se cree que Peralta es el primer militar nacido en México en tener un buque de guerra que lleve su nombre.
A Peralta no le fue otorgada la Medalla de Honor, pero sí se le concedió la Cruz de la Armada, el segundo mayor reconocimiento que da la nación al valor, después de que el ex secretario de Defensa Robert Gates determinó que el infante de Marina perdió el conocimiento después de que fue herido de muerte y su cuerpo cayó encima de una granada en Irak en 2004, con lo que salvó vidas de sus camaradas.
Pero entre los militares la creencia que impera es que Peralta atrajo la granada hacia su cuerpo para proteger a sus colegas durante un combate casa por casa con insurgentes en la ciudad de Faluya el 15 de noviembre de ese año.
“Creía más en lo mejor de Estados Unidos que la mayoría de los estadounidenses, al punto de luchar y sacrificar todo por lo que Estados Unidos representa”, dijo el general Robert Neller, comandante de la Infantería de Marina, refiriéndose a una cita del que era el comandante de Peralta en el 1er Batallón del 3er Regimiento de la Infantería de Marina, los “Lava Dogs”, cuya base está en Hawaii.
Peralta llegó a Estados Unidos con su familia, estudió en una escuela secundaria en San Diego y luego se alistó en las fuerzas armadas el día en que recibió su documento de residente permanente de Estados Unidos. Sólo colgó tres cosas en su pared: la Constitución, la Declaración de Derechos y su certificado de graduación del campo de entrenamiento de la Infantería de Marina.
Entre los marines, Peralta es bien conocido por su heroísmo.
El sargento fue nominado para la Medalla de Honor el mayor reconocimiento militar que otorga Estados Unidos después de que sus compañeros dijeron que se arrojó encima de una granada tras ser herido de bala durante un combate casa por casa en la ciudad de Faluya. Gates rechazó la nominación por considerar que el caso de Peralta no cumplía con el estándar de “prueba más allá de la duda razonable” para recibir el honor debido a interrogantes de si Peralta estaba demasiado herido como para comprender qué hizo.
En lugar de ello, el secretario de Defensa honró al marine con la Cruz de la Armada. Pero los partidarios en la población natal de Peralta, en el Capitolio y en la Armada hicieron una campaña persistente en pro del máximo honor y la madre de Peralta no quiso aceptar la Cruz de la Armada sino hasta mediados de este año, a medida que progresaron los planes para nombrar un buque en honor de su hijo.
La familia de Peralta, que no tiene dudas sobre su valor, dijo que el hecho de que se le ponga su nombre al destructor lanzamisiles teledirigidos de 155 metros (510 pies) de eslora les ha disminuido algo la amargura.
El navío de la clase Arleigh es uno de sólo un puñado de buques de la Armada que llevan el nombre de mexicano-estadounidenses.
El USS Gonzalez está bautizado con el nombre del sargento Alfredo Cantú González, un infante de Marina al que se le otorgó póstumamente la Medalla de Honor por sus acciones en la Guerra de Vietnam. El buque de carga USNS Benavidez lleva el nombre de otro militar que recibió la Medalla de Honor, Raúl Pérez Benavidez. También existe un barco que lleva el nombre del activista laboral César Chávez, un veterano de la Armada que murió en 1993.
Pero los historiadores en el Instituto Naval de Estados Unidos creen que el Peralta es el primer buque de guerra que lleva el nombre de alguien que realmente nació en México, dijo Scot Christenson, portavoz en Annapolis, Maryland.
Bath Iron Works celebró la herencia hispana de Peralta al imprimir el programa del sábado en inglés y en español, la primera vez que esto ocurre en un evento así. Y varios oradores se dirigieron a la familia Peralta en español.