El 19 de septiembre es una fecha que pocos quieren tener muy presente, o al menos eso es lo que parece; pues en 1985 y en 2017 un gran movimiento sacudió a México.
La desafortunadas circunstancias dejaron decenas de muertos en ambas ocasiones, pero la impunidad y la corrupción son hechos que sin duda causan más muertes.
Una de las preguntas más comunes de la sociedad mexicana es qué tan listos están para enfrentar otro gran sismo que supere los 7.1 grados o los 8.1 grados en la escala de Richter.
¿Mexicanos deben temer ante otro gran sismo?
De acuerdo con los especialistas, incluso los edificios construidos bajo las normas están en riesgo de colapsar y derrumbarse, pero esto tiene una explicación.
La idea de estos investigadores es que sí, los edificios pueden derrumbarse pero una vez que la gente haya logrado desalojar, solo sí se puede hablar de una normatividad exitosa.
“Todas las estructuras se diseñan para que cuando llegue un gran sismo se van a dañar mucho y tal vez se van a colapsar, pero también están diseñados para que algunas áreas tarden más en colapsar y le den tiempo a la gente para que evacúe”, expresó David Alejandro Urzúa Pineda, consultor en estructuras de la empresa Pondera Ingeniería Estructural a Infobae.
La explicación más racional sobre este hecho es que la idea es que las vigas se dañen solamente por los extremos, pero no deben caerse para no permitir que las columnas se desplomen.