El doctor Máximo Duque, especialista en medicina y antropología forense por la Universidad de Colombia, además de consultor internacional para las Naciones Unidas con el alto comisionado para la tortura y especialista forense del comité de la Cruz Roja, fue entrevistado por la cadena de noticias CNN para dar sus impresiones sobre la muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
De acuerdo a las versiones de la PGR, los 43 cuerpos de los normalistas fueron incinerados en el basurero de Cocula por el grupo Guerreros Unidos, quienes luego trasladaron los restos en bolsas de plástico que arrojaron al río al día siguiente.
Según los análisis del experto, esto no pudo haber sido posible por el sitio donde se realizó la quema.
“La logística para incinerar 43 cuerpos tiene que ser sumamente grande. Incinerar un cuerpo en un horno crematorio toma aproximadamente toma dos horas a una temperatura de 900 a 1000 grados centígrados y depende del tipo de horno se gastan aproximadamente unos 60 metros cúbicos de gas natural”, explicó.
Luego agregó: “Traslademos eso entonces a 43 cuerpos a un sitio que no es un horno, sino una hoguera. De manera que es supremamente difícil llegar a incinerar los 43 cuerpos. Hay que entender que los cuerpos van a empezar a producir líquidos, hay que mantener una gran cantidad de combustible, es decir madera o diésel o gasolina, permanentemente alimentando la hoguera”.
“Desde el punto de vista práctico, yo lo veo bastante difícil incinerar 43 cuerpos en ese tiempo. Habría que tener una logística muy grande, muchísimas personas trabajando. Las llamas que generaría serían bastante grandes”, declaró.
Luego fue preguntado sobre su opinión antes ciertas declaraciones brindadas por Murillo Karam a Radio Fórmula, donde aseguró que los peritos forenses le indicaron que las llamas alcanzaron temperaturas entre 1600-2900 grados.
“Realmente es muy difícil que haya alcanzado esa temperatura, normalmente en una casa alcanza los 900 grados de temperatura. Si es una estructura que durante mucho tiempo tiene llamas, pues alcanza temperaturas de 900 a 1,500 grados”, y agregó: “Es muy poco probable que se haya alcanzado esa temperatura con un incendio que se provoque con diésel o con gasolina, que si bien son bastante inflamables, se queman muy rápido. Es decir, uno pone gasolina, le pone una llama y se quema en poco tiempo, por lo tanto no alcanza una temperatura demasiado alta”.
“Un horno incinerador profesionalmente diseñado, alcanza una temperatura de 900 a 1000 grados. Aunque una llama industrial de acetileno puede alcanzar los 3000 grados, en la naturaleza es muy poco probable que algo alcance una temperatura que supere los 1,000 grados”, manifestó Duque.
El doctor también mostró sus dudas, ya que se indicó que el material utilizado para incinerar fue llantas, caucho y basura que se encontraba en el lugar.
“Cuando un incendio es alimentado con llantas, con caucho o con un montón de cosas de esas, la idea es que se derrita, pero no que tenga una llama muy grande. Precisamente el diseño industrial lo que busca es eso, evitar los incendios para salvar la vida de las personas”, concluyó Duque.