“Déjenme ser claro acerca de este punto: tenemos un mandato, el de mantener los precios estables. Así que cualquier instrumento posible, en el marco de los tratados (de la Unión Monetaria) para perseguir este fin, se considera viable”.
Mario Draghi señaló dos casos posibles en los que el BCE estaría listo para actuar nuevamente con medidas no convencionales: inestabilidad de los mercados y empeoramiento de la inflación. El declive de la inflación en diciembre pasado estaba previsto, según el presidente del BCE. Asimismo “se prevé que la inflación permanezca por debajo del dos por ciento en el corto plazo y por dos años. Mantendremos controlado el dato y actuaremos si hay señales de empeoramiento”.
A los expertos les preocupa la situación de la inflación toda vez que el aumento de precios en diciembre fue del 0.8 por ciento, después del 0.9 por ciento de noviembre.
En octubre el aumento fue del 0.7 por ciento, es decir muy por debajo del objetivo fijado del BCE, según el cual la estabilidad de los precios está garantizada cuando la inflación se mantiene por debajo pero cerca del dos por ciento.
Draghi rechazó todas las preguntas acerca de los posibles instrumentos a utilizar y reiteró que el BCE hará “todo lo que es necesario”, si la situación lo requiere.
En su declaración inicial, el presidente del BCE anotó que “el desempleo en la Eurozona sigue alto y los ajustes de las cuentas públicas siguen pesando en la economía”.
Acerca de las políticas de austeridad, Draghi miró hacia Alemania y señaló que es necesario “no desperdiciar los esfuerzos hechos hasta ahora y seguir en los ajustes. Las reformas estructurales”, añadió, “ayudan al crecimiento y a las finanzas públicas”. “Hubo una mejora en la situación económica de la Unión Europea con respecto al verano de 2012”, aún así el crecimiento no está asegurado y sigue estando bajo riesgo, dijo.
El presidente del banco emisor europeo destacó además los “progresos sustanciales” en la situación de los bancos con respecto al verano de 2012.
En su primera reunión del año, que tuvo lugar este día en Frankfurt, el Consejo de Gobierno del BCE decidió que los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación se mantengan sin variación en el 0.25 por ciento, es decir en el mínimo histórico.