El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado a la ley Dodd-Frank impuesta en Wall Street calificando a la misma como un “desastre”, la cual ha impedido que los bancos presten dinero a empresas que necesitan dinero de manera desesperada.
Los Republicanos de la Cámara de Representantes han respondido a la aprobación de la ley de Elección Financiera (Financial Choice Act), un proyecto legislativo que eliminará muchas de las salvaguardas poscrisis incluidas en la ley Dodd-Frank, siendo este otro de los esfuerzos para poder acelerar la lenta economía de los Estados Unidos.
Aunque hoy en día los bancos tienen más dinero pero desconocen qué pueden hacer con él.
Los bancos estadounidenses obtuvieron ganancias récord el año pasado, hablando de una salud económica constante en este departamento.
Esto se puede ilustrar de una manera más reveladora al mencionar que los bancos distribuyeron 102,800 millones de dólares en dividendos a accionistas en 2016, según la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés).
Esta es la segunda cantidad más alta que se ha registrado desde los niveles mostrados en 1984.
Quedando apenas un poco corto del máximo alcanzado en 2007 con 110,400 millones de dólares, siendo este un año antes de la crisis financiera.
Los dividendos bancarios cayeron a mediados del 2008 descendiendo a 51,100 millones de dólares, esto según las estadísticas proporcionadas por la FDIC. La recuperación de las mismas pudo llegar apenas un tiempo después, incluso después de la aprobación de la ley Dodd-Frank en el año 2010.
“Los bancos tienen mucho dinero extra como para expandir sus préstamos, pero eligen no prestar ese dinero, sino ‘devolver el capital’ a sus accionistas”, dijo Saule Omarova, profesor de Derecho de la Universidad de Cornell, al comité bancario del Senado la semana pasada.