BEIRUT, Líbano (AP) Centenares de civiles huyeron el domingo de una región montañosa en las afueras de Damasco donde fuerzas del gobierno luchan contra varios grupos rebeldes, incluso una filial de Al Qaeda excluida de un reciente cese del fuego.
Las fuerzas armadas sirias dijeron que unas 1.300 personas escaparon de la región del Valle Barrada desde el sábado. La región ha sido blanco de ataques aéreos y artilleros durante días pese a la tregua, que fue mediada por Rusia y Turquía y que parece estar siendo respetada en el resto del país, pese a algunos reportes de escaramuzas.
La tregua entró en vigencia el viernes y se espera que el gobierno y la oposición se reúnan para negociaciones en Kazajistán este mes. Rusia un aliado militar clave del presidente sirio Bashar Assad y Turquía que apoya a los rebeldes son garantes del acuerdo, que excluye al Estado Islámico y al Frente Fatah al-Sham, aliado de Al Qaeda.
El sábado, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución en respaldo de las gestiones de Rusia y Turquía para poner fin a casi seis años de guerra en Siria y lanzar conversaciones de paz.
Las fuerzas armadas sirias dijeron que las personas que escaparon del Valle Barada fueron reubicadas en áreas más seguras y sus nombres registrados por la Media Luna Roja Siria. Rami Abdurrahman, que dirige el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, dijo que había autobuses en la región listos para evacuar a los civiles, pero no pudo confirmar cuántas personas habían partido.
Dijo que la región del Valle Barada no es parte del cese del fuego por la presencia del Frente Fatah al-Sham, conocido previamente como el Frente Nusra.
El Centro de Prensa del Valle Barada dijo que miembros del grupo extremista libanés Jezbolá estaban disparando contra aldeas y pueblos en la región, donde el sábado aviones rusos y sirios lanzaron ataques aéreos por décimo día consecutivo. Jezbolá ha enviado a miles de combatientes a Siria para respaldar a las fuerzas de Assad.
El valle es la principal fuente de agua de la capital y la región circundante. El ataque del gobierno ha coincidido con varios días de una grave escasez de agua en Damasco, desde el 22 de diciembre. Imágenes del Centro de Prensa indican que la instalación de procesamiento de agua de Ain al-Fijeh fue destruida por bombardeos. El gobierno dice que rebeldes arruinaron la fuente de agua contaminándola con diésel, viéndose forzado a cortar los suministros a la capital.
Por otra parte, dos atacantes suicidas se inmolaron con bombas en la ciudad costera siria de Tartús matando a dos agentes de seguridad, reportó el domingo la agencia de noticias estatal SANA.
Los dos agentes de patrulla determinaron que los dos hombres, que caminaban por el paseo marítimo de la ciudad, parecían sospechosos y se acercaron a ellos pasada la medianoche del sábado, cuando los residentes celebraban la llegada del Año Nuevo. Los hombres detonaron los cinturones de explosivos que portaban, acabando con su vida y la de los dos agentes.
Este tipo de ataques no son extraños en las zonas del país controladas por el gobierno de Damasco a pesar de las estrictas medidas de seguridad adoptadas por las autoridades.
Tartús acoge una base naval rusa.
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El periodista de The Associated Press Nasser Karimi en Teherán, Irán, contribuyó para este despacho.