Beijing, 10 Oct (Notimex).- El tenista serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal se verán las caras de nueva cuenta este domingo, en el marco de la gran final del Abierto de China, donde Nole buscará su vigésimo noveno triunfo al hilo en este torneo.
Ninguno de los dos protagonistas necesita presentación, aunque para esta ocasión, como ha sido a lo largo de la presente temporada (2-0), arriban con panoramas muy distintos a su cita número 45, con ligera ventaja histórica de 23-21 para Rafa.
El balcánico sólo sabe ganar en esta capital, posee cinco títulos (2009-2010 y 2012-2014), luce inamovible de la cima de la clasificación mundial y acecha el récord del mallorquín, quien es dueño de la marca, con más victorias seguidas en un mismo evento, gracias a sus 31 festejos sobre la arcilla de Roland Garros.
Mientras el zurdo de Manacor trata de superar los altibajos provocados por diversas molestias en las rodillas y las muñecas, ahora se encuentra en su primera definición sobre superficie dura en lo que va del año y quinta de forma general.
En el camino rumbo a la instancia definitiva, el pupilo del alemán Boris Becker aplastó 6-2 y 6-3 al valenciano David Ferrer en tan sólo una hora y 14 minutos de acción, con lo cual ya son cuatro campañas en las cuales Ferru es incapaz de vencer al Djoker, quien mejoró el balance de esta serie a 16-5.
La Pared se fue desmoronando rápido, pues en la primera manga su oponente inclinó la balanza 4-1 y para el segundo episodio, sin darle oportunidad de reacción, lo puso de cara al precipicio 5-2, con todo y que no fue el día más brillante para el nacido en Belgrado.
En tanto Nadal, campeón aquí hace una década, se sacó de encima a uno de sus mayores dolores de cabeza durante este 2015, el italiano Fabio Fognini, por un 7-5 y 6-3 sentenciado al cabo de una hora y 46 minutos.
Fogna sorprendió al ex líder del circuito sobre la tierra batida de Río de Janeiro y Barcelona, además de remontar una desventaja de dos sets para propinarle un doloroso tropiezo en el Abierto de Estados Unidos hace unas semanas.
Por lo tanto para el monarca olímpico en 2008 fue todo un alivio acabar en sets corridos con el italiano, a quien le rompió el servicio en cuatro de las 10 ocasiones disponibles y, en contraparte, salvó dos de las cuatro veces en las cuales peligró su saque.