El número uno del ranking contra el segundo. Federer intentará conquistar su 18vo título grande y primer US Open desde 2008. Djokovic quiere sumar su décimo grande y conquistar su segundo US Open, primero desde 2011.
“Un duelo de pistoleros”, replicó Federer cuando le pidieron presagiar lo que se debe esperar el domingo en el estadio Arthur Ashe al toparse dos tenistas que entre sí suman 26 majors.
Se trata de la segunda rivalidad más prolífica del tenis masculino, con Federer aferrándose a una tenue ventaja 21-20. Sólo Djokovic y Rafael Nadal se han topado más veces en la Era Abierta, un total de 44.
Será la sexta vez que Djokovic y Federer choquen este año, todas en finales. El serbio ganó en tres oportunidades, incluyendo la final de Wimbledon hace dos meses. Pero su rival suizo se impuso en el más reciente enfrentamiento, el mes pasado en el Masters de Cincinnati.
“Siempre hay algo grande de por medio cuando nos enfrentamos”, dijo Federer, verdugo de Djokovic en la final del US Open 2007, peroque luego cayó ante él en las semifinales del torneo en 2010 y 2011, ambas veces en cinco sets.
“Ya sabemos lo consistente y bueno que es en las últimas etapas de los Grand Slam o en cualquier torneo importante”, indicó Djokovic, quien este año también se consagró en el Abierto de Australia y perdió en la final de Roland Garros. “Siempre te exige mostrar tu mejor nivel”.
De vuelta al último duelo entre ambos en Cincinnati, ese fue el torneo en el que Federer sacó a relucir lo que ahora se conoce como el SABR, las siglas en inglés que aluden a “Sneak Attack by Roger”, o “Ataque Sorpresa de Roger”.
Después de probarlo por casualidad en un entrenamiento, el astro suizo sube más de un metro hacia la red para restar el segundo saque de su rival.
Federer se lo hizo a Djokovic y decir que al serbio y a su entorno no le causó gracia alguna es obvio.
Luego de deshacerse del campeón vigente Marin Cilic en tres sets que duraron 85 minutos, Djokovic descartó usar el nuevo recurso de Federer.
“Lo intentó en Cincinnati, le funcionó un par de veces. Es una jugada emocionante para él”, dijo Djokovic. “No tanto para el jugador que está en el otro extremo de la red”.
Más crítico se expresó Boris Becker, el entrenador de Djokovic al catalogarlo como “falta de respeto” al oponente.
“Si le hubiera tocado enfrentar a (John) McEnroe, (Jimmy) Connors, (Ivan) Lendl o incluso yo, le hubiéramos dicho: ‘Roger, francamente, nos caes muy bien (pero) te voy a sacar directo al cuerpo”’, dijo Becker a Sky Sports. “En mi generación, la gente no lo aceptaría como ocurre ahora”.
Federer se echó a reír cuando le mencionaron la queja de Becker.
“No es irrespetuoso, así de sencillo”, afirmó tras emplear 92 minutos para despachar en tres sets a su compatriota Stan Wawrinka. “Lo voy a intentar más (veces), no es ningún problema”.
Federer recordó que lo usó ante Djokovic en el desempate del primer set en Cincinnati y que lo intentará otra vez. Añadió que sus colegas no le han abordado al respecto, sino más bien con Severin Luthi, uno de sus entrenadores.
“Ya veremos si presenta la oportunidad. Tiene que ser el punto ideal, concentrado, el momento justo”, indicó.
La última vez que Federer se presentó a una final del US Open fue la que perdió ante el argentino Juan Martín Del Potro, en 2009. Con 34 años, llega tal vez jugando como nunca: ha ganado 28 sets seguidos, y apenas ha sufrido dos quiebres en 81 games con el saque
“Es un rival duro de vencer, además de ser muy fuerte mentalmente”, comentó Federer. “Me gusta ese desafío y voy a estar preparado para el mismo”.