La energía nuclear ha sido por mucho tiempo un tema polémico en Taiwán y empeoró tras el desastre de la planta atómica japonesa de Fukushima en 2011. Aunque muchos taiwaneses consideran la generación de electricidad por medios nucleares un riesgo inaceptable en esta isla propensa a los sismos, los analistas económicos sugieren que las interrupciones del servicio eléctrico son inevitables de no ser completada la cuarta planta.
La pelea del viernes enfrentó a las fuerzas que apoyan el referendo del Partido Nacionalista del presidente Ma Ying-jeos contra las fuerzas antinucleares afiliadas con el opositor Partido Progresista Democrático. Los legisladores progresistas ocuparon el estrado de la legislatura el jueves por la noche con la promesa de interrumpir la votación, que no había tenido lugar para el mediodía del viernes, aunque con una mayoría nacionalista en la legislatura de 113 escaños, el referendo seguramente será aprobado con facilidad.
La construcción de la cuarta planta nuclear en Taiwán comenzó en 1997 pero fue detenida cuando el Partido Progresista Democrático estuvo en el poder entre el 2000 y el 2008. De ser aprobado el referendo, podría entrar en funcionamiento en el 2016.
La pelea estalló al comenzar la sesión del viernes. Las imágenes de televisión de The Associated Press mostraron a unas ocho personas empujándose. Dos personas cayeron al suelo agarradas mientras otras intentaban separarlas.
Más de una decena de activistas con camisas amarillas cantaron y empuñaron carteles en un palco cercano y varios de ellos arrojaron agua a los legisladores situados más abajo. Además, fueron arrojadas unas cuantas botellas de agua. Algunos legisladores progresistas se oponen a la idea de un referendo sobre la planta nuclear, mientras que otros dicen que el lenguaje en el proyecto de ley debe ser modificado por resultar prejuicioso.